María del Sol Escobar nació en París (Francia) en 1930, perteneciendo a una acomodada familia venezolana. Sus primeros años transcurrieron entre viajes familiares por varios países de Europa, Caracas y Estados Unidos.

A la edad de once años y tras la muerte de su madre, Marisol fue enviada a un internado. A principios de los años cincuenta, declaró su interés por el arte y anunció su deseo de estudiar en París. Su padre apoyó sus intereses artísticos pero sintió que estaría más segura en Nueva York. Irónicamente, Nueva York era entonces el centro de una cultura bohemia radical a la que Marisol abrazó con entusiasmo. Más tarde se trasladó a París para estudiar en la École des Beaux Arts, pero fue un intento fallido.

Para liberar su estilo academicista asistió a clases de arte en varios estudios, pero Han Hofmann, el pintor estadounidense nacido en Alemania que actualmente es reconocido como el principal precursor del Expresionismo Abstracto, fue su mentor y la persona más influyente en su trayectoria artística.

Durante ese período, comenzó a formar parte del incipiente movimiento de los Expresionistas Abstractos Americanos, como Jackson Pollock y Willem de Kooning, y en 1954 abandonó completamente las técnicas tradicionales de la pintura y empezó a investigar artísticamente la escultura precolombina. En 1958 realizó su primera exposición individual en la Galería Leo Castelli de Nueva York, mostrando sus esculturas de animales y figuras totémicas.

Un año más tarde se trasladó a Italia para estudiar las obras del Renacimiento y evaluar su propia existencia artística. Reflexionando sobre este período, Marisol comentó en una entrevista de 1975

Cuando volví, sentí ganas de hacer algo muy puro, solo por el placer … Quería hacer algo verdaderamente hermoso.

La última cena (1982 – 1984)

Los desconcertados críticos de arte del momento que ya habían comentado su obra, se preguntaban sobre dónde se encontraba el ingenio satírico de los años sesenta. Pero aunque esta fase de introspección no duró mucho, surgió con una serie de preocupaciones más maduras. Volvió con ideas que propiciaron algunas de las obras más importantes de su vida. Durante la década de los sesenta, Marisol trabajó con Andy Warhol y Roy Lichtenstein, pero finalmente rechazó el enfoque más comercial del Pop Art. Precisamente por su relación con el mundo Pop apareció en dos películas realizadas por Andy Warhol “El beso” y “Trece hermosas jóvenes”. Una de sus obras más famosas de este período es “The Party” que realizó para la renombrada Janis Gallery de Nueva York, en ella se muestra un conjunto de siluetas a tamaño natural que forman una instalación, todas las siluetas o figuras se encuentran charlando en sí adoptando diferentes «poses».

Marisol se convirtió en una figura importante en el arte americano contemporáneo. Era conocida dentro y fuera del mundo del arte, su nombre se incluyó entre los más importantes de la escena neoyorkina, fue invitada a participar en la exposición de 1963 del Museo de Arte Moderno The Americans y ese mismo año Life Magazine le encargó un trabajo sobre el cine. Usando un caballo de juguete de color rojo presentó a un Wayne Wayne de madera como una figura del tiovivo. A posteriori la artista confesó que siempre le disgustó la figura del vaquero y lo trató como una versión satírica de la imagen de súper macho que el actor siempre encarnó.

The family (1963)

 

Durante los siguientes cuatro años, viajó incansablemente a través del mundo, aprendió a bucear para explorar la vida de los océanos, también adquirió un compromiso social apreciando las condiciones trágicas de la existencia humana, las experiencias de los migrantes, las miserias que acompañan a las familias con pocos recursos económicos o los problemas de la gente indígena, entre otros.

Aunque Marisol recorrió varios movimientos artísticos, su estilo siempre ha sido muy personal y muy fácilmente reconocible. Su diversidad, su mirada única y su carácter la distinguen de todas las escuelas de pensamiento. En sus esculturas incluyó rostros de personajes públicos, miembros de su familia y personas de su círculo de sus amistades. En una de sus exposiciones, “Marisol Escobar y los Kennedy» criticó la imagen de la familia que parecían ser más importantes que la vida misma. Sus obras revelaron lo que estaba sucediendo detrás del sueño americano: el destino de aquellos que no fueron afectados por la prosperidad de la posguerra, la soledad engendrada por una sociedad atomizada o el vacío del éxito material.

Sus esculturas, son ensamblajes de maderas que combinan enigma, ilusión y realidad, tosquedad y sofisticación. Aunque Marisol está generalmente asociada con el movimiento Pop de la década de los sesenta, su estilo revela fuertes elementos que se originaron en la fragmentación del cubismo y el collage

“¡No es Pop, No es Op, es Marisol!” fue la forma en que la crítica de arte Grace Glueck tituló su artículo en el New York Times en 1965.

The party (1965- 1966)

Marisol Escobar fue una artista capaz de crear una maravillosa parodia desde ideal macho representado por John Wayne hasta un reverente homenaje al obispo sudafricano Desmond Tutu. Hizo trabajos profundamente personales como “Mi mamá y yo”, un conmovedor retrato de ella misma como una niña pequeña con su madre, y representaciones ingeniosas y cáusticas de líderes mundiales como Franco, De Gaulle y Lyndon Johnson, también realizó representaciones sensibles de artistas como Picasso, de Kooning o Georgia O’Keeffe en los últimos años de sus vidas.

Después de una intensa vida falleció a los 85 años de edad en el Presbyterian Hospital de Nueva York, padeciendo de Alzhéimer.

http://www.tfaoi.com/aa/2aa/2aa661.htm