Marguerite Gérard nació en 1761 en Grasse, una ciudad de la Provenza (Francia), en el seno de una familia acomodada, su padre, Claude Gérard, era fabricante de perfumes.
Retrato de Marguerite Gerard
por Francois Dumont (1793)
The Wallace Collection
Tenía 8 años cuando se trasladó a París a vivir con su hermana Marie-Anne y el marido de ésta, el pintor famoso rococó Jean-Honoré Fragonard. Marguerite no había recibido una educación formal, pero supo aprovechar la oportunidad de tener en su propia familia a un pintor de la talla de su cuñado.
Fragonard se convirtió en su profesor con el que empezó a colaborar en su taller con 14 años. Fruto de esa colaboración fueron sus primeras obras, que fueron aguafuertes y copias de grabados de pinturas del pintor y poco después, comenzó a crear sus propios óleos, mostrando especial interés en la pintura de género.
Vivieron en el Louvre aproximadamente treinta años, lo que le permitió ver e inspirarse en las grandes obras de arte del pasado y el presente.
Como artista de género, Gérard se centró en retratar escenas de la vida doméstica íntima. Perros y gatos aparecen repetidamente en su obra. Muchas de sus pinturas ilustran las experiencias de la maternidad y la niñez en el hogar, y muchas enfatizan la importancia de la música. Gérard fue una de las mujeres más reconocidas artistas de su tiempo. A pesar de su falta de formación formal, ganó tres medallas por su obra y sus trabajos fueron exhibidos en el Salón de París comenzando en 1790 y obtuvo la atención de ricos patrones.
Motherhood (1800 aprox.)
Collection Leuchtenberg Gallery
Su asociación con el círculo de Fragonard permitió a Gérard la libertad de permanecer soltera sin convertirse en una carga financiera, por lo que se pudo dedicar al arte. La especulación que Gérard y Fragonard fueran amantes ha sido desestimada de forma definitiva.
En su famosa serie de pequeños retratos, destaca la necesidad de una mujer artista a finales del siglo XVIII, en ella mostró el corazón de una sociedad elegida por actores, músicos, literarios y aficionados ilustrados. Le ofrecieron un puesto en la Academia Real de Pintura y Escultura, pero lo rechazó.
Cuando el recargado estilo rococó estaba empezando a dar sus últimos coletazos, Marguerite, convertida en pintora profesional y exhibiendo sus obras en los principales salones de París, se decantó por un estilo sencillo, no recargado. Sus lienzos plasmaron la vida de la burguesía y la aristocracia parisina.
Una de sus pinturas, “La clemencia de Napoleón”, fue comprada por el mismo emperador Napoleón en 1808.
Falleció en su retiro de París el 18 de mayo de 1837.
The Gift (1785 – 1788)
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