Marianne von Werefkin


Marianna Vladímirovna Verióvkina nació en Tula (Rusia) en 1860 en el seno de una familia perteneciente a la nobleza rusa, pero su suerte también sería su desgracia. Rica de nacimiento y con una madre interesada en las bellas artes, su más prematura inclinación hacia pintura se vio estimulada por ella y reforzada por los mejores instructores. Primero en la Escuela de Arte de Moscú y más tarde de la mano del impresionante Ilyá Repin, el llamado Rembrandt ruso, en la ciudad de San Petersburgo.

Autorretrato (1910)

En el taller de Repin no sólo aprende pintura sino que además conoció a los jóvenes pintores, como a Jawlensky, con quien compartió vida y proyectos artísticos. Por esa época recibió buenas críticas y la vida le sonreía, hasta que en una cacería sufrió un accidente que produjo una deformidad en la mano derecha.

Su vida se vio truncada y apartada de los pinceles al menos durante diez años. La frustración que le supuso abandonar la pintura, le llevó a centrarse en la carrera de otros pintores, en una búsqueda absurda por plasmar sus ideas artísticas en los lienzos de sus compañeros, como ella misma dejó escrito, pensaba crear con manos ajenas.

El hormiguero (1916)

En 1896 se mudó a Munich con Jawlensky, en esta época la ciudad era un hervidero cultural. Marianne creó un centro cultural en el salón de su casa, en el que la gentes de la cultura se daba cita. Marc, Kandinsky o Gabrielle Münter, fueron asiduos y con ellos formó parte del grupo expresionista Der Blaue Reiter. Impulsora incesante del arte, ya había creado en 1891 La Asociación de Artistas de San Petersburgo, en 1909 la Nueva Asociación Artística de Munich y más tarde en Suiza, La Osa Mayor en 1924.

En una época en la que se produjo una revolución en los lenguajes artísticos, Marianne considera que ante la disonancia que se genera entre el público y los artistas, la mujer debe ser la portavoz de esas nuevas ideas. Quizás pensó en la mujer para ese trabajo, porque en realidad pensaba en sí misma. Por un lado por las grandes inquietudes intelectuales que tenía y por otro lado la lesión en la mano y su frustración como pintora.

Estigio (s/f)

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial el matrimonio se trasladó a Suiza con Jawlens. Eclipsada por el genio brillante y posesivo de su marido, Marianne había renunciado a su propia obra pictórica para servir únicamente de soporte y aliento del arte de Jawlensky, víctima de la fascinación o de una relación de pareja que hoy en día no dudaríamos en calificar de maltrato psicológico. En 1921 se separaron y desde ese momento la obra Marianne floreció con un especial énfasis creativo.

Se estableció en Ascona junto al Lago Maggiore, donde se dejó seducir por los paisajes conformó un lenguaje expresionista probablemente influido por su admiración por los Nabis y los Fauves. En sus últimos años tuvo que pintar carteles para poder subsistir, siendo ayudada por sus amigos Carmen y Diego Hagmann. Murió en Ascona en 1938 y fue enterrada en el cementerio ruso de esta ciudad.

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