Lilla Cabot Perry nació en 1848 en Boston Massachusetts (Estados Unidos), fue hija del reconocido cirujano Samuel Cabot. Tuvo una educación liberal que abarcó literatura, poesía y música.
Debido a la prominencia de su familia, tuvo relaciones desde la infancia con destacadas figuras de diferentes ámbitos intelectuales. Después de la guerra civil, la familia se trasladó a una granja en Canton, Massachusetts.
Autorretrato (detalle) (1913)
En 1874 se casó con Thomas Sergeant Perry, un erudito y lingüista graduado en Harvard, con el que tuvo tres hijas.
Lilla Cabot Perry aprendió a pintar a los 36 años, después del nacimiento de sus hijas. La pintura se convirtió en una práctica diaria durante los siguientes 50 años de su vida. En 1884 comenzó su formación artística, acudiendo a clases y estudios de teorías liberales en la creación de un arte realista. Continuó su aprendizaje en París donde recibió formación en la Academia Colarossi y donde pasó mucho tiempo estudiando a los antiguos maestros del Louvre.
Se hizo muy amiga de Claude Monet y ambos pintaron en Giverny durante nueve veranos, juntos realizaron un loco viaje en coche a Madrid para disfrutar de Velázquez en el Museo del Prado.
La hora de historia (1921)
En 1889, después de recorrer Bélgica y Holanda, regresó a Boston con su familia. Su carrera artística adquirió un nuevo impulso y fue elegida para representar a Massachusetts en la Exposición Mundial Colombina de Chicago, Illinois, donde expuso siete cuadros. Desde entonces, logró alabanzas internacionales, expuso no sólo en Boston, también lo hizo con regularidad en el Salón de la Société Nationale des Beaux-Arts en el Campo de Marte de París.
Por necesidades del trabajo de su marido, que fue contratado como profesor de inglés en la Universidad Keiogijku. vivió durante tres años en Japón. El contacto con el mundo oriental tuvo un gran impacto en su obra e hizo posible que desarrollara un estilo único que aunó las tradiciones estéticas del mundo occidental y el asiático ejecutando obras de líneas limpias y equilibradas. El monte Fuji se convirtió en un tema recurrente, llegó hacer más de 35 pinturas sobre él entre un total de más de 80, durante su estancia en el país nipón. A lo largo de su carrera como artista, Lilla se involucró con las comunidades artísticas de todas las ciudades en las que vivió y promovió activamente el estilo impresionista.
Lilla Cabot Perry alcanzó grandes cotas de perfección en el retrato femenino. Desde el principio de su carrera estudió el rostro y la actitud de las mujeres. Su técnica y estilo fue variando y añadió diversidad a las primeras obras de retratos femeninos: algunas están en reposo, con elegancia, detallismo y misterio.
Jardín japonés (1901)
La luz tiene una gran importancia en su pintura, resultado de la mezcla de movimientos artísticos y estilos, lo que hace que la obra de Lilla ha conseguido destacar por una elegante presentación del color, la luz y la vida. La luz de los diferentes lugares en los que estudió y vivió
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