Emily Mary Osborn nació en Essex (Inglaterra) en 1828. Fue la hija mayor del clérigo Edward Osborn y su esposa María. Osborn, pasó casi toda su infancia en un pequeño pueblo llamado West Tilbury, donde la familia se vio obligada a mudarse por el trabajo de su padre. Pasó sus primeros ocho años de vida allí. Durante esta etapa, fue educada por su madre que, además, fue la encargada de motivar y desarrollar las habilidades en pintura de su hija.
Nameless and Friendless (detalle) (1857)
Colección Tate Modern
Osborn, empezó a pintar y a conocer la anatomía humana gracias a sus ocho hermanos y hermanas quienes le servían de modelos. Su madre luchó para que estudiara y se dedicara profesionalmente a la pintura. El 2 de noviembre de 1842, su padre Edward Osborn entró en los registros parroquiales de la iglesia de Santiago El Mayor (St. James’ Roman Church) en Londres, por lo que ella, con catorce años, y su familia, se instalaron en la capital, donde vio una gran oportunidad para convertirse en artista y alcanzar sus sueños profesionales y personales.
En Londres, entró y asistió a clases en una de las escuelas con más prestigio por entonces, llamada Dickeson Academy. Más adelante, tras finalizar sus estudios siguió formándose y desarrollando sus habilidades desde su casa con clases privadas impartidas por un tutor privado que también fue uno de sus profesores mientras estaba estudiando en la escuela, el pintor J.M. Leigh.
Al cumplir los diecisiete años, empezó a mostrar y divulgar sus obras. Uno de sus caminos fue a través de presentarse a las exposiciones que anualmente se organizaban y mostraban en la Royal Academy of Arts.
Presentiments (1849)
Dos hechos marcaron la carrera de la artista y que la llevaron a ser internacionalmente reconocida. En primer lugar, en 1854, consiguió vender un cuadro titulado “Pickles and Preserves” expuesto en la Royal Acadamy a un importante corredor de la bolsa llamado Charles James Mitchell. En el año 1855, otro de sus cuadros titulado My Cottage Door expuesto también en la academia fue comprado por la misma Reina Victoria de Inglaterra.
Con el paso del tiempo, uno de sus temas principales fue el reflejo de la mujer en la sociedad victoriana, uno de los más claros ejemplos es su obra más importante y por la que hoy en día, es mundialmente reconocida “Nameless and Friendless” (Sin nombre ni amigos) de 1857. Las obras que se centraron en reflejar las dificultades de las mujeres en la sociedad victoriana contemporánea, han ganado a Emily Osborn la designación de artista proto-feminista, como los son “La institutriz” de 1860 o “La fuga del señor de Nithisdale de la Torre” fechada un año más tarde.
Nameless and Friendless (1857)
Colección Tate Modern
Un momento de inflexión en su carrera, fue la pérdida de su madre en el año 1868, hasta el punto de no realizar grandes obras durante los dos años siguientes. Emily Osborn, fue una mujer aficionada a viajar, no solo por conocer las ciudades, sino para seguir mejorando y perfeccionando sus conocimientos y su técnica. Por eso, realizó importantes viajes a Venecia o Argelia, así como a otras ciudades dentro del país.
Pertenecía al llamado “Círculo de Langham Place”, junto a otros artistas como Barbara Bodichon, y en él se dedicaba a promover la instrucción y el empleo de las mujeres en la Inglaterra de la época. Entre 1884 y 1888 realizó varios retratos de Bárbara, quién además de pintora era una de las grandes feministas del momento.
Deja una respuesta