Teresa Jassà Casé nació en Calaceite (Teruel) en 1928, en el seno de una familia infanzona aragonesa afincada en el pueblo oscense de Jasa. Sus primeros años están vinculados a Alcañiz y Calaceite, con su hermana Gregoria, la cual enseñó a Teresa a pintar y dibujar.
Iniciada la Guerra Civil, Teresa Jassà, con motivo de una Jornada por la Paz, escribió un texto titulado “Memoria de la Guerra y Manifiesto por la Paz”, que se convirtió en el comienzo de una carrera de escritos en castellano y catalán. Terminado el bachillerato en las teresianas de Zaragoza, se marchó a Barcelona en 1948. Durante este período —década de 1950— comenzó a escribir sus primeros poemas, se matriculó en la Facultad de Farmacia de Barcelona en 1952 y ese mismo año abandonó los estudios. Posteriormente, se trasladó a vivir a Perpiñán, inscribiéndose en la Escuela de Bellas Artes bajo la dirección de J. Jacques Prolongeau, que, como ceramista, la inició en la técnica de esmaltes cerámicos de alta temperatura.
Expuso por primera vez en el Salón des PTT, en Perpiñán en 1958, una colección de ocho cuadros con diferentes paisajes urbanos. En 1961, instaló su taller cerámico en Calaceite, en un molino aceitero del siglo XVIII, y el ceramista Llorens Artigas le construyó un horno de leña. Durante el período entre 1962 y 1971, reafirmando su vocación hacia la cerámica, participó en varias exposiciones colectivas en España y Francia, entre las que destaca Ceramistas Españoles en 1966, en el Casón del Buen Retiro de Madrid.
Paloma (s/f)
Colección Museo de la Solidaridad Salvador Allende
Más tarde, en 1972 expuso un conjunto de obras en el Ateneo barcelonés, que forman la colección titulada “Homenaje a Goya”. Esta colección se expuso en diversas localidades. A partir de 1975, su obra se caracteriza por un conjunto de abstracciones con el título de “Cosmografías”. Para finalizar, entre los años 1968 y 1997 concluyó su homenaje a la poesía de García Lorca.
Sus poemas en catalán y sus textos en el mismo idioma la llevaron —en 1986— de la mano de Artur Quintana al monasterio de Poblet, invitada al II Congrés Internacional de la Llengua Catalana. El vínculo de Teresa Jassà con el catalán fue muy vivo e íntimo, de ahí que en 1995 comentara: “Ya desde pequeña he leído y he escrito en catalán. Como pensador me interesa Unamuno. A Lorca lo descubrí en plena guerra. Otros dos escritores que me apasionan son Alejo Carpentier y Rabindranath Tagore.
El mural cerámico del altar mayor de Santa María la Mayor de Alcañiz (1974)
El frontal del altar mayor de la iglesia de Santa María la Mayor de Alcañiz muestra un gran mural cerámico realizado por Teresa Jassà. Su encargo se enmarcó en la reforma del templo llevada a cabo a final de la década de los años sesenta, pero el mural se retrasó hasta 1974. En él destaca el intenso cromatismo del fondo en tono rojizo. Iconográficamente, tiene gran protagonismo el pez (símbolo de Cristo), los elementos eucarísticos -el pan y el vino- están sugeridos, respectivamente, por unas espigas muy esquematizadas y por el color rojo del fondo. También están representadas la letra alfa y omega: principio y fin.
Teresa Jassà dejó tras de sí una prolífica obra como ceramista, que, desde su taller de Calaceite, se proyectó a todo el mundo, también una serie de poemas que recopiló en su libro “Eixam de poemes”, escrito en catalán, la lengua materna de la artista, ya que también fue una firme defensora del reconocimiento de la lengua catalana en Aragón así como de su dignificación. Falleció en 1999.
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