Patricia Gadea


Nació en Madrid en 1960, una ciudad que empezaba a despertar de todas las miserias que la Guerra Civil había impuesto, por lo que la sensibilidad hacia el mundo del arte era prácticamente nula. Capital de una España en blanco y negro.

Patricia comenzó sus estudios de Bellas Artes en 1979 en la Universidad Complutense y pese a que su formación fue figurativa, consiguió desde muy joven que su obra diera muestras de informalidad, por lo que fue contemplada con la atención casi arrebatada, con la que en los primeros años posteriores al franquismo se celebraba cualquier innovación. A finales de los años 70, desde el impulso rompedor relacionado con el Pop Art, trabajó casi al unísono con la nueva figuración española, utilizando el reciclado del cómic, las imágenes impresas en los medios de comunicación y también con los objetos de consumo diario.

No soy una pintora de imágenes propias, sino que utilizo todo lo que cae en mis manos. Trabajo mucho con la ironía. A través de un análisis del cómic intento representar la vida cotidiana».

En 1985 fue protagonista, junto con Dimas, Fernández Arias, Maldonado y Juan Ugalde, de la creación, en el pasaje subterráneo que conecta el barrio de Salamanca con el parque de el Retiro madrileño, de una supuesta galería llamada «Mary Boom». Un año después obtuvo una beca del Comité Conjunto Hispano-Americano para ampliar su formación en Nueva York.

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Sin título, Serie Circo (1992)

Patricia y Juan Ugalde vivieron en Nueva York cuatro años, se asentaron en un estudio en la calle Canal, junto al barrio chino y cerca del Soho, en la que se concentraba el mayor número de galerías por metro cuadrado de todo el mundo. En Manhattan, devoró las revistas norteamericanas de arte, los libros sobre estética y creatividad, fue asidua visitante de exposiciones y museos para convertir toda esa información en obras de arte. Para la madrileña esta etapa fue decisiva en su carrera artística, retomó el trabajó intensivamente con las historietas infantiles de los años 70 publicadas por la Editorial Bruguera –las hermanas Gilda o 13 Rue del Percebe–, que ella transformó y descontextualizó.

En Nueva York había fundado, siempre junto a Juan Ugalde, el colectivo de artistas llamado ‘Estrujenbank que publicó el libro “Los tigres se perfuman con dinamita”, donde aparecen algunos textos de Gadea, ya que la escritura tuvo un papel principal en su transformación hacia «lo colectivo».

Cuando a finales de esa década, la pareja volvió a Madrid abrieron una galería de arte alternativo y crearon una revista, que durante unos años fue el motor de innovación de un arte español joven y más comprometido con la realidad política y social. La sala Estrujenbank se creó en Delicias, un barrio obrero de Madrid, en el que no había tradición artística y con el agravante de ser una zona alejada del centro.

Sin título, Serie Circo (1992)

La iconografía creada por Gadea en la década de los 80 fue ecléctica y osada, una consecuencia y fiel reflejo de las vivencias de una generación que vivió con intensidad la Movida Madrileña.

La separación de Patricia y Juan determinó el fin de la experiencia de Estrujenbank, tanto de su obra de grupo como de su galería. Tras un breve tiempo de incertidumbre, Patricia retornó a la pintura, en solitario, con una fuerza renovada, inició un viaje de exploración personal y artística cuyos resultados son algunos de sus mejores cuadros y magníficos dibujos y acuarelas. En esos últimos años Gadea reflexionó sobre el tema de la mujer y esta preocupación quedó reflejada en muchas de sus obras. Mostró esa condición de mujer abordando el imaginario y los arquetipos femeninos de forma crítica.

Reflexionar sobre la mujer me ha valido mucho para llegar a convencerme sobre planteamientos mucho más radicales.

La artista padeció una importante adicción a las drogas, propia de un tiempo vivido con el entusiasmo y la esperanza de una generación que celebró, como nunca antes se había hecho, la libertad recién llegada, tuvo que pasar por un centro de desintoxicación próximo a Palencia. A sus 46 años superó esa dependencia mediante una larga lucha, pero no fue suficiente.

Patricia Gadea, Diosas, rameras, esposas y esclavas, 1993.

Diosas, esposas, rameras y esclavas (1993)

Cuando su degradación fue en aumento, vivió casi en la miseria, ganándose la vida dando clases de arte a niños y cuidando a ancianos. Patricia murió sola y arruinada en el piso que ocupaba en Palencia. Entre sus pertenencias se encontró un cuadernos de notas, en éste se encontraban dibujos, apuntes sobre sus actividades diarias y algunas reflexiones que eran bastante significativas: “Existen infinitas maneras de enfrentarse al arte”, “creo que avanzo hacia la muerte”, “pasa el tiempo y me doy cuenta de que estoy cada día más cerca de que se me acabe”, “creo que he decepcionado a todo el mundo”.Sus últimos compañeros de viaje fue la depresión, pero también los barbitúricos y el alcohol, una mezcla que su gastado corazón no pudo soportar.

En el 2014 el Museo Nacional Reina Sofía, organizó la exposición «Atomic-Circus» que supuso la primera retrospectiva dedicada a la obra de la artista.

Con el fallecimiento de Patricia Gadea desapareció una de las mejores pintoras españolas del siglo XX.

https://elpais.com/cultura/2012/11/14/actualidad/1352924254_310986.html

http://mujerartepublicidad.blogspot.com/2010/05/patricia-gadea_21.html

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=gadea-patricia

 


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