Nació en Lisboa en 1908, tuvo una  infancia difícil ya que perdió a su padre a los dos años de nacer y fue educada por su madre y su tía que despertaron en ella, a través del aprendizaje de la música y el descubrimiento de las artes plásticas, una sensibilidad artística constante. Viajó con su familia por diversos países de Europa y a su regreso a Portugal inició su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de Lisboa simultaneando con clases de anatomía en la Facultad de Medicina. En 1928 consideró finalizada su formación y se trasladó a París, ese mismo año visitó por primera vez a Italia. De hecho, si hay algo que caracterizó la vida de Da Silva fue su intensa actividad viajera, que no interrumpió hasta poco antes de su muerte. De todos modos, la mayor parte de su producción, menos la breve estancia en Brasil, corresponde a sus estancias en su Portugal natal y en Francia.

En París se matriculó en la academia de la Grande-Chaumiere, donde continuó sus estudios de arte con Bourdelle. Pese a haber empezado con la práctica de la escultura varios años antes (1924)  dio un giro a su carrera y la orientó decididamente hacia la práctica de la pintura. Por ello, al año siguiente, tras asistir a clases de escultura inició una serie de visitas a la academia de Fernand Léger y a la de Bissière que fueron fundamentales en su producción. Contrajo matrimonio con el también pintor de origen húngaro Arpad Szenes, lo que se tradujo en la ampliación del círculo artístico en el que se desenvolvió la pintora en el período de entreguerras.

El pintor italiano Massimo Campigli, fue su primer comprador, concretamente de un óleo de 1934, como maria helena vieira da silva1consecuencia del éxito de su primera exposición en la galería de Jeanne Bucher (París). Como se ha comentado antes, huyendo de la segunda guerra mundial vivió en Brasil durante siete años.

The Corrridor (1950) Tate Gallery Londres

La casa familiar de estos dos protagonistas de las vanguardias históricas se convirtió en lugar de encuentro de intelectuales y pintores nativos, como Martin Gonçalves, Navarra o Sciar. Su obra fue muy valorada en el país sudamericano, puesto que fue expuesta tanto en la galería Askanasy (Río de Janeiro) como en el Palacio Municipal de Belo Horizonte. A esa época corresponde también el reconocimiento internacional de la nueva capital mundial del arte; en 1946, Jeanne Boucher organizó con éxito la primera exposición individual de María Helena en Nueva York. Finalizada su estancia en Brasil en 1947, Vieira da Silva regresó a Portugal pero el dictador Oliveira Salazar negó la nacionalidad portuguesa a Szenes, ese fue el desencadenante para que Maria Helena rompiera definitivamente con su patria natal, naturalizándose francesa e instalándose en París. En la producción de este período, se percibe claramente la influencia de Fernand Léger y de Paul Klee, aunque algunos críticos atribuyen la importancia de las atmósferas que imprime al recuerdo de los paisajes de Lisboa donde se desarrolló su infancia.

La obra de esta peculiar artista, vinculada a la Segunda Escuela de París, está considerada como la pintora portuguesa más importante del siglo XX, sus cuadros se sitúan a medio camino entre la impronta informalista y la extensión de la perspectiva, entre la pintura abstracta y la pintura figurativa, el interés por el primitivismo y el cubismo sintético, toda una amalgama de estilos, ideas y desarrollos se unen en cada uno de sus cuadros; precisamente debido a ese estilo peculiar son tan fáciles de identificar, sus obras descansan fundamentalmente sobre el rigor del dibujo y se advierten realizados tras una larga reflexión gráfica.

Hasta la década de los sesenta no comenzó el reconocimiento por su patria de adopción en la que fue nombrada Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. En 1963 realizó su primera vidriera destinada a Saint Jacques de Reims y ese mismo año recibió el Gran Premio Nacional de las Artes en París. Durante el resto de la década se multiplicaron sus exposiciones, a nivel nacional y a nivel internacional en Nueva York, Lisboa, Rouan, Marsella, Rotterdam y Oslo. maria helena vieira da silva2En 1970 se le dedicó la primera retrospectiva en el Museo Nacional de Arte Moderno (París), seguida de exposiciones en Montpellier, Museo de Bellas Artes (Ruan), Museo de Arte e Historia (Orléans), Museo de Bellas Artes (Dijon), entre las más representativas. A principios de los años ochenta filmó, junto a Arpad Szenes, una película sobre su obra.

Terre de Sienne (1972) MNCARS Madrid

Portugal reconoció el valor de su obra y fue nombrada miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes. Hasta su fallecimiento, en 1992, su obra recibió numerosas distinciones y fue expuesta en múltiples ocasiones. Aparte de las condecoraciones mencionadas, recibió también la Gran Cruz de Santiago de Portugal, pero lamentablemente no pudo asistir a la inauguración de la fundación que lleva su nombre en la antigua manufactura de seda de Lisboa dado que ya había fallecido.