Unica Zurn nació en Berlín el 6 de julio de 1916. Su difícil infancia estuvo marcada por el divorcio de sus padres y la pérdida de la mansión familiar. Comenzó su carrera como guionista para la compañía cinematográfica alemana UFA. Tras la guerra, sobrevivió vendiendo sus relatos y novelas por entregas a periódicos alemanes y suizos.
En 1942 se casó con Erich Laupenmühlen con el que tuvo dos hijos. Siete años más tarde se separaron, quedando éstos bajo la custodia del padre, una situación que llevó a Única a una vida marginal en la que sobrevivió como periodista.
En 1953 conoció al escultor Hanz Bellner con el que comenzó una relación bohemia y tormentosa, publicando al año siguiente “Hexentexte” o “textos brujos”, su primer libro que contiene bellísimos anagramas y dibujos, al tiempo que empezó a integrarse en el círculo surrealista de París, con Breton, Man Ray, Duchamp entre otros, también lo hizo especialmente con Henri Michaux, poeta y pintor, adicto a drogas alucinógenas, como la mescalina. Juntos trabajaron em un experimento sobre la consciencia humana, una experiencia que probablemente llevaron a Unica a la enfermedad mental que sufrió durante los últimos 13 años de su vida.
En sus dibujos aparecen criaturas fantásticas, rostros humanos o híbridos entre animales y humanos… creó gatos llameantes, lagartos con rostro de lobo, lobos con cara de pájaro, peces abisales de grandes ojos asustados, serpientes con dos cabezas, insectos tan humanizados que parecen deprimidos, aves de picos curvos y con dos pechos…
Sin título (1963)
y Galerie Berinson, Berlín
Sin embargo, su producción literaria es cortísima y no muy conocida: dos únicas obras con un gran componente autobiográfico: “Primavera sombría” y “El hombre Jazmín” que se publicaron en 1971, un año después de su muerte.
A los 40 años tuvo su primer brote esquizofrénico y que le provocó continuas entradas y salidas de hospitales psiquiátricos.
Sin duda, esos episodios clínicos tuvieron mucha relación con su vida con Hanz Bellner, famoso por la realización de “La Muñeca” (Poupeé) de 1934, simulacro de mujer hecha con papel y pegamento al que añadió articulaciones y que puede adoptar múltiples poses. Las partes de la mujer son destruidas y transformadas, casi con sadismo en un ser nuevo lleno de injertos donde lo que sobresale son: nalgas, senos, torsos y el pubis infantil de niña.
Su más atroz grupo de fotografías son las realizadas a partir de 1958 a Única Zurn, y que duraron hasta que ella murió en 1970.
Sin título (1965)
Ubu Gallery, Nueva York y Galerie Berinson, Berlín
Una de sus fotos apareció como portada en el nº 4 de la revista fundada por Breton en “Surréalisme même”, se trataba de su cuerpo desnudo tendido en una cama, sin rostro, sin brazos sin piernas, los muslos entreabiertos, como un embutido comestible. Unica no lo pudo resistir. Incapaz de superar su enfermedad, prácticamente ya acabada su relación amorosa se suicidó tirándose por la ventana ante los ojos de Bellmer, murió en París en 1970.
Al poner fin a su vida Unica Zürn se volvió a encontrar con la niña de «Primavera sombría», abandonada por su padre, ignorada por su madre, violada por su hermano y Muñeca creada por Bellmer.
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