Ángela Gurría Davó nació en Ciudad de México, en 1929. Fue la última hija menor de una familia tradicional y rígida proveniente de Chiapas. Desde que era niña, atraída por escuchar la música proveniente de las actividades realizadas por los canteros que estaban cerca de su casa en Coyoacán, decidió convertirse en artista. No obstante, tuvo que formarse como autodidacta en el campo de la escultura.
En 1946 ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para realizar estudios de Letras hispánicas y españolas. En ese tiempo, tuvo la intención de dedicarse a ser escritora, sin embargo, cambió de parecer y regresó a sus actividades en las artes plásticas.
En 1949 dio comienzo a su carrera como escultora al ingresar en el México City Center (actual Universidad de las Américas). Posteriormente completó sus estudios en Inglaterra, Francia, Italia, Estados Unidos y Grecia.
Homenaje al trabajador del drenaje profundo (1974–75)
En aquella época firmó sus obras bajo los seudónimos masculinos: Alberto Urría o Ángel Urría, debido a que anticipó la desaprobación que surgiría al entregar sus trabajos con su nombre real. Fue logrando éxito y reconocimiento cuando se dedicó a la creación de obras públicas monumentales en varias partes de México.
Su primera pieza monumental realizada en 1965 fue “La familia obrera” y fue seguida en 1967 por la creación de una puerta de celosía de 18 metros de alto y 3,5 metros de ancho para la entrada principal de la fábrica establecida por el Banco de México para la fabricación de billetes del banco. Por esta obra, recibió su primer premio en la III Bienal Mexicana de Escultura del 1967.
De sus esculturas monumentales, su trabajo más conocido es el que realizó para los Juegos Olímpicos de México en 1968, “Señales”, fue la elegida para abrir la ruta de la amistad. De 18 metros de alto y realizada en cemento armado, está formada por dos elementos con forma de cuerno en blanco y negro. Con «Señales» se daba la bienvenida a los deportistas en las primeras olimpiadas donde los países africanos participarían en conjunto, dejando afuera a Sudáfrica por las cuestiones de segregación racial que ocurrían en ese momento. Gurría buscó mostrar la apertura total y universal de los juegos olímpicos con su obra.
Señales (1968)
«Señales» mide 18 metros de altura y fue colocada en la primera estación de la Ruta de la Amistad. También realizó la pieza «Monumento a los Trabajadores del Drenaje Profundo» en Tenayuca. Entre sus obras más importantes dentro de México son: «Río Papaloapan» (1970, el homenaje a la «Ceiba» (1977), la «Espiral Serfin» (1980), el «Caracol» (1982), y «El corazón mágico de Cutzamala».
Con el tiempo logró convertirse en pionera del arte escultórico moderno en la Ciudad de México y, para 1970, ya había dejado el anonimato, alcanzado reconocimiento y fama a nivel mundial. Ángela Gurría también fue docente en la Universidad Iberoamericana en 1961 y en 1963 en la Universidad de las Américas, amabas en la especialidad de escultura. Participó en el Consejo Consultivo del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IEPES) en 1981 y fue miembro del Salón de la Plástica Mexicana desde 1966 y de la Academia de Artes desde 1973.
Puerta celosía en hierro forjado, Edificio Fabrica de billetes, Banco de México (1966)
En 2013 ganó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes de su país.
Fallecida en 2023, Ángela Gurría fue la primera mujer en convertirse en miembro de la Academia de Artes de México en 1973 por el valor de sus obras monumentales y de arte público. Es posible que su faceta más desconocida fue la de compositora, Ángela fue la autora de la canción «El día que me dijiste» de 1961, interpretada por Chavela Vargas.
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngela_Gurr%C3%ADa
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