Soledad Sevilla


Nació en Valencia en 1944 y estudió en la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi en Barcelona entre 1960 y 1965, después amplió estudios en Madrid.

Su carrera artística comenzó a finales de los sesenta con posiciones próximas al minimalismo pictórico, abandonó ese estilo en los años setenta tras su participación en el Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, donde compartió estudios con Elena Asins, Eusebio Sempere y José María López Yturralde, entre otras personalidades de la incipiente historia del arte que se estaba formando en esos momentos. En él, Soledad se decantó a crear pintura geométrica  trabajando sobre el módulo y sus infinitas variaciones sobre el plano, pero siempre desde la lectura poética que le acompaña siempre.

“Era un grupo estupendo y una experiencia muy interesante, nos reuníamos en el Centro de Cálculo arquitectos, artistas, historiadores del arte…, en nuestros encuentros semanales hablábamos de proyectos, se exponía en conjunto, pero hay que pensar que entonces los ordenadores eran como edificios, auténticas máquinas gigantes metidas en habitaciones y además necesitabas un programador que, con dosis de buena voluntad, conseguía sacar adelante trabajos, pero reconozco que aquel era un proceso demasiado lento para mí. En Valencia ya había colaborado con un grupo que trabajaba en esa dirección. José María Iturralde había formado un movimiento titulado Antes del arte con los que también expuse».

Al principio de la década de los ochenta realizó estudios en la Universidad de Harvard, de ese periodo corresponden el proyecto Las Meninas.

“En primer lugar surgieron Las Meninas, cuando estaba con la beca de Comité Conjunto Hispano Americano para Asuntos Culturales entre el 79 y el 82 en la Universidad de Harvard, asistí a un curso que un grupo de conservadores y restauradores del Fogg Museum habían realizado sobre la obra de Velázquez, todo lo que me mostraron fue tan interesante que comprendí que era un tema sobre el que quería trabajar. Por otra parte, tuve la suerte de poder asistir a un curso que impartía Oleg Gradar, al que yo admiraba por haber leído su libro “La Alhambra, iconografía, formas y valores» también me resultó un tema muy interesante, pero este proyecto lo desarrollé cuando volví a España”.

Mayo 1904-1992, Castillo de Vélez Blanco, Almería.

Castillo de Vélez Blanco (Almería)

1904 – 1992

A su vuelta a España desde Estados Unidos, realizó diversas instalaciones ambientales, todas ellas con un marcado pero sutil carácter pictórico, que plantean una profunda renovación plástica. Con el tiempo, sus preocupaciones artísticas tomaron otra dirección y se inició en el ámbito de la investigación conceptual y espacial, siendo los resultados utilizados a principios de los años ochenta en sus diversas instalaciones. De este periodo destaca su macro instalación en el castillo de Vélez Blanco en Almería.

“Fue un proyecto maravilloso y en el que además me acompañó la suerte. Tenía mucho miedo por el tipo de proyectores que se iban a utilizar porque en el 92 la tecnología no era como la de ahora, se nos entendía como si quisiéramos hacer una cosa teatral, pero finalmente me hice entender y montaron las pantallas, los andamios… y después de tanto inconveniente, tengo que admitir que quedé muy satisfecha del resultado”.

Sus instalaciones mantienen una estrecha relación con sus series pictóricas. Hacia finales de los noventa la retícula desparece, pero permanece una cierta idea geométrica de muro y de espacio, a través de lo vegetal, de las formas de las hojas, que evoca sutilmente a Granada, una ciudad con la que Soledad Sevilla ha estado muy vinculada a través de sus clases en la Universidad.

Desde entonces la obra de Sevilla se caracteriza por poner en relación luz, materia y espacio; combinando el rigor analítico y el orden geométrico, con la búsqueda de una experiencia sensorial y orgánica. En el 2012 en El Palacio de Cristal del Retiro de Madrid pudo contemplarse otra de sus macro instalaciones más emblemáticas Escrito en los cuerpos celestes, se trataba de una bóveda celeste que reproduciendo la arquitectura interior del Palacio situado en el parque de el Retiro de Madrid. Un revestimiento del espacio que aludía a los signos de puntuación impresos en la membrana formando una piel porosa y efímera que a la vez que le protege del exterior (del afuera) y que posibilita que el edificio se transforme en un espacio azul de reflexión sobre la fragilidad del lenguaje y la necesidad de comunicar y compartir.

Escrito en los cuerpos celestes, 2012. Palacio de Cristal, Madrid.

Escrito en los cuerpos celestes (2012) Palacio de Cristal. Madrid

“Quedé contenta, pero fue un trabajo muy laborioso. La experiencia del montaje fue muy interesante porque se organizó como un mecano y pudo hacerse gracias a la ayuda de mi hijo que es ingeniero naval. Es curiosa la referencia espacial dentro del palacio, donde ves unos árboles enormes desde unas paredes transparentes, la relación con el universo desde esa sala es muy especial, cambiaba por completo dependiendo la hora del día, y recogía los reflejos, las transferencias, creo que creaba un espacio mágico que te envolvía”.

Una de sus últimas obras ha podido ser vista en el 2016 en el Museo de Escultura de Valladolid, formando parte de la exposición colectiva sobre Teresa de Jesús y que argumentaba el arte como camino espiritual “Nada temas, dice ella” participó con una instalación de hilos y luz que invitaba a un viaje por el castillo interior de la Santa. No sólo la instalación artística, el vídeo como complemento del lenguaje pictórico, así como la fotografía están presentes en las últimas obras de la artista valenciana.

En 1993 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, en el 2007 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y en 2014 el premio Arte y Mecenazgo. Su obra forma parte de entidades tan importantes como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Künstmuseum de Malmö, el Museo Marugame Hirai de Arte Español Contemporáneo de Japón, el Parlamento Europeo, Patrimonio Nacional y premio Velázquez 2020.

Página oficial de Soledad Sevilla

 


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