Nació en Madrid en 1878. Estudió en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid entre 1905 y 1911. Fue alumna de Antonio Muñoz Degraín y se especializó en abaniquería artística.
Flora, fue no solo discípula sino también íntima amiga del maestro que la consideraba su «única alumna», con quien compartió los años finales de su vida siendo su más fiel seguidora.
Flora usa un lenguaje personal y particular mediante una línea en el dibujo meditada, vivaz y de enorme plasticidad, consolidada en los trazos de la mar. Sumergida en la pintura de historia, sus obras tienen una cuidada composición, dedicando gran atención a los pequeños detalles, desplegando así cierta factura preciosista.
En 1910 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes en la que recibió una mención honorífica y dos años después obtuvo una medalla de tercera clase por su obra titulada “Galatea”. En 1913 obtuvo una segunda medalla en la Exposición de Artes Decorativas.
Galatea (1912)
Unos años más tarde fue contratada como profesora de dibujo en la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer, lo que no le impidió continuar con su actividad pictórica, ya que siguió participando durante algunos años en exposiciones como la Nacional de Bellas Artes con las obras “Amanecer en la playa (Valencia)”, “Rincón de pasajes”, con la que obtuvo una segunda medalla, “Ninfas en el recreo campestre”, “Un arrabal (Orense)” y “Vuelta de la pesca (Málaga)”.
Tras el paréntesis de la guerra civil continuó su labor de profesora de dibujo y pintura, tarea con la que continuó hasta el final de su vida.
Idilio en La Caleta (1914)
Sus obras reflejan el espíritu simbolista de los poetas de la época, como la obra “Marina” también conocida como “Galatea” que actualmente pertenece a la colección del Prado, tiene su fuente de inspiración en una oda del poeta valenciano del siglo XVI, Gaspar Gil Polo. Precisamente, la única obra que posee el Museo del Prado de esta pintora, se encuentra habitualmente depositada en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, en el proyecto llamado El Prado disperso”, Así es como se conoce a las casi 3.500 obras pertenecientes a la pinacoteca que están depositadas fuera de sus puertas en 277 centros del mundo. El objetivo es doble: mostrar y revalorizar pintura y escultura que permanecía oculta en los almacenes y llevar la marca España a instituciones de alta representación.
Flora López Castrillo falleció en la ciudad que la vio nacer en 1948.
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