Nació en Brooklyn (Nueva York) en 1943. Sus primeros trabajos en los años sesenta se basaron en la técnica del fotomontaje muy en la línea de John Heartfield. A grandes rasgos se puede definir sus piezas como composiciones con introducción de elementos disonantes en felices hogares extraídas de los medios de comunicación. Algo así como si las pesadillas afloraran en medio del sueño americano. Su serie Bringing the War Home, iniciada en 1967, fue una serie de fotomontajes que yuxtaponen interiores suburbanos con fotografías de la guerra de Vietnam.
Desde entonces su trabajo se centró en el arte sobre temas políticos, de clase y de género. Después llegaron obras de cuño más explícitamente feminista como en su famoso vídeo “ La semiótica de la cocina” (1975) donde la propia artista ironiza sobre la santificación de este espacio, adscrito convencionalmente a la mujer, o en ”Estadísticas Vitales de un ciudadano” (1977). El trabajo de Rosler se centra en la vida cotidiana y la esfera pública, basándose en la experiencia de las mujeres.
Desde 1980 ha vuelto su atención a conceptos más generales de justicia social como la vivienda, la contaminación, el trabajo, la globalización. Rosler es también crítica, ha explorado cuestiones relacionadas con el mercado del arte, con la verdad en la fotografía, la censura, el nacimiento del videoarte y el lugar del feminismo en el mundo del arte. Ha enriquecido sus propuestas y su lenguaje realizando instalaciones. Como crítica de arte escribe con temas relacionados con los medios de comunicación y la guerra, como toma de consciencia entre la reflexión, el juego y la información.
La semiótica de la cocina (1975)
Tanto su obra, como sus escritos han sido y son muy influyentes, ya que entre otros cargos es asesora de los departamentos de educación en el Museo Whitney de Arte Americano, el Moma y el Centro para Pedagogía Urbana de Nueva York y también ejerce labor docente como profesora titular de la Whitney Independent Study Program de Nueva York.
Según sus propias palabras » La cuestión del compromiso ha aparecido muchas veces en los debates sobre estética y significados en el campo del arte. Para algunos teóricos importantes, “compromiso” significa que el artista no puede ser libre de usar su imaginación para crear un mundo completamente diferente del que vivimos; para otros, el trabajo de un artista es más poderoso cuando está enraizado, embebido y, sobre todo, es crítico con el mundo que nos rodea. Yo soy una artista comprometida, pero quiero remarcar que hay muchas formas de entender ese compromiso, ya que una artista puede mostrarlo a través de su trabajo, a través de sus acciones como ciudadana, aunque no sea visible en su arte».
En definitiva, Martha Rosler es una de las autoras más influyentes de la escena internacional contemporánea. Su obra y su espíritu combativo, a la vez que sutil, y su investigación se ha centrado siempre en dos ejes principales: el espacio público y la representación de la mujer en los medios de comunicación, pero siempre desde un enfoque feminista cargado de ironía y sentido del humor.
Limpiando cortinas (1967-1972)
Deja una respuesta