Marta Minujín


Marta Inés Minujín nació en Avellaneda en la provincia de Buenos Aires (Argentina) en 1943, vivió una infancia muy difícil que ella misma calificó como “horrible”, era como una oveja negra, terrible, que caminaba por ahí vestida de negro, desaparecía noches enteras cuando apenas contaba 14 o 15 años.

Comenzó a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes y pese obtener excelentes calificaciones en dibujo, pintura y escultura, no se sintió conforme con la enseñanza tradicional. Marta siempre quiso ser una artista de vanguardia, por ello se interesó en que sus obras lograran sobrecoger al espectador, saltar del plano e instalarse en la tridimensión, por lo que decidió abandonar esos estudios.

A los dieciséis años presentó su primera exposición individual e inició su breve paso por el informalismo. Ese año, Minujín consiguió una beca en Francia y para emanciparse falsificó su documentación.

Al año siguiente comenzó a realizar una de sus instalaciones que más la definen, son sus estructuras habitables cubiertas de colchones encontrados entre los desechos de los hospitales parisinos y también sus primeras performances. Paralelamente, se incorporó a las teorías de la «muerte del arte», evitando el mercado y los museos. Realizó obras efímeras y por medio de unas performances pasó a destruir su obra plástica anterior.

 El pago de la deuda externa argentina en maíz, el oro latinoamericano (1985)

En París se vinculó al nuevo realismo y a finales de los años sesenta al movimiento contracultural hippie en Nueva York, tras haber ganado la Beca Guggenheim.

Una vez en Manhattan, no perdió el tiempo. Se puso directamente en contacto con el prestigioso galerista Leo Castelli, quien ya conocía su trabajo, y gracias a él logró exponer en la galería Bianchini la instalación “El batacazo”, que incluía moscas y conejos vivos encerrados en cajas de vidrio. La Sociedad Protectora de Animales ordenó cerrarla en cuestión de horas, pero Marta ya se había ganado un lugar en la meca del arte.

Junto a Andy Warhol realizó en 1985 una obra paradigmática sobre la realidad que se vivía una vez restaurada la democracia en Argentina. Durante la Acción, que Minujín llevó a cabo en The Factory, la artista pagó simbólicamente a Warhol la deuda externa argentina con mazorcas de maíz.

En el marco de Documenta 14, una de las mayores muestras de arte contemporáneo del mundo, presentó una nueva versión de “El Partenón de los Libros”, una instalación que realizó en Buenos Aires en 1983 compuesta por libros prohibidos por la recién finalizada dictadura militar. Esta nueva propuesta ocupó una superficie de 70 metros de largo, 30 de ancho y 20 de alto, como réplica a escala del templo ateniense, símbolo del ideal de democracia; poniendo en evidencia la censura y la represión.

El Partenón de los Libros (2017)

Documenta 14. Kasel

Su obra se encuentra en importantes instituciones como el Salomon R. Guggenheim Museum de Nueva York; en el hall Indonetian de Naciones Unidas de Nueva York; el Museo de Arte Moderno de Medellín; Museo de Arte de las Américas de Washington entre otros, así como en colecciones privadas en Francia, Italia, Brasil, Colombia, Argentina, Estados Unidos y Canadá.

Por su fructífera trayectoria Minujín ha sido galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2016, que concede cada año el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de España con el siguiente argumento:

Colchón (Eróticos en technicolor)

«Su posición contracultural y el compromiso político en un momento particularmente difícil se mantienen en la coyuntura internacional. Su desacralización de los mitos populares y la activación de los lazos sociales le han convertido en una precursora de las prácticas efímeras y relacionales».

Anteriormente había recibido el Premio Konex-Mención Especial, además del Konex de Platino otorgados por la Fundación Konex.

Colchón. Eróticos en technicolor (1964)

Colección Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires 

En la actualidad, Marta sigue en activo, tanto en su faceta como artista de acción como plástica, y siente que su creatividad no ha mermado:

No siento la edad. Igual con los años me fui achicando. Los huesos se reducen. Pero cuando te dedicás al arte, estás tan concentrado en lo que hacés que no te importa nada más. Leo de todo, pero estoy en mi propio universo. Además, como creo que me quedan pocos años, no los quiero desperdiciar.

http://www.marta-Minujín.com/

https://es.wikipedia.org/wiki/Marta_Minuj%C3%ADn

 


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