Giustina Fetti nació en Roma (Italia) en una fecha aproximada a 1590. Perteneció a una familia de artistas, fue hija del pintor Pietro Fetti y hermana del también pintor Domenico Fetti, por lo que se formó en el taller familiar y posiblemente aprendieron juntos.

Cuando su hermano fue invitado a ser pintor de la corte de Ferdinando Gonzaga, duque de Mantua, toda la familia se desplazó a esa ciudad para acompañarle y allí permanecieron algunos años. Dada la calidad del trabajo que Lucrinia realizó en ese tiempo, el duque Ferdinando entregó a Giustina una dote de 150 scudi para que en 1614 pudiera convertirse en monja clarisa en el convento de Santa Úrsula, que una vez dentro, eligió cambiar su nombre por Suor Lucrina Fetti, por el que desde entonces es conocida en el mundo del arte.

Santa María Magdalena (1600)

El ingreso de mujeres con cualidades para el arte en los conventos, no era un hecho extraordinario en la época de la Contrarreforma. El trabajo de las monjas pintoras era muy útil, no sólo para embellecer el convento con sus obras; también para poder proveer ingresos extras a la institución con la realización de encargos.

El arte sacro dio a muchas artistas la posibilidad de dedicar su vida no sólo a los rezos y por entonces Lucrina ya era conocida por sus trabajos religiosos, en Santa Úrsula comenzó una producción destinada mayoritariamente a las decoraciones para la iglesia y el convento, que fueron patrocinados por Margherita Gonzaga, duquesa de Ferrara.

Por haber estado consagrada dentro de una orden religiosa, ha sido posible documentar la vida y las obras de Lucrina mediante los registros que se han conservado en el convento. Hasta hace pocas fechas resultaba imposible reunir una colección completa de su obra porque, entre otros motivos, la catalogación se encontraba mezclada con la producción de su hermano Domenico.

David con la cabeza de Goliat (1620) 

que sigue apareciendo en algunas publicaciones

como obra de Domenico Fetti

La mayoría de sus cuadros son de temática religiosa y se encontraron en la capilla del convento dedicada a Santa Margarita, mientras que el resto aun permanecían colgados en las paredes de la capilla, curiosamente todos tenía como temática a la vida de Cristo, como «La Anunciación», «La Visitación» y «Adoración de los pastores”. Y esa correcta identificación se debe a que se encuentran datados y a que en ellos consta la inscripción «S.L.F.R.F.S.O.» o «Suor Lucrina Fetti Romana fece en Sant’Orsola», obras que se encuadran dentro del estilo Manierismo Tardío, ya que muestran una teatralidad emotiva.

Lucrina también fue conocida por sus retratos de las mujeres de la familia Gonzaga. Las mujeres importantes exigieron un reflejo de su poder mediante una cuidada atención a los detalles de ostentación, con un registro visual completo del rico y variado vestuario y de los accesorios de la modelo. Estas dos cualidades fueron claramente evidentes en el retrato de Eleonora Gonzaga realizado durante su matrimonio con el emperador Ferdinando II, lo que le otorgó gran prestigio, pero también pintó otros retratos notables, como los de Margherita Gonzaga y Caterina de ‘Medici Gonzaga, que curiosamente tiene un parecido sorprendente con la imagen de Santa Elena.

Lucrina Fetti pasó el resto de su vida en el convento en el que ingresó siendo joven y se mantuvo activa en la pintura hasta la fecha de su muerte, que ocurrió en fechas cercanas a su sesenta cumpleaños. Una prueba del respeto que tuvo la familia Gonzaga por Lucrina es el hecho de que Giovanni Alessandro Martinelli, fue el encargado de leer la oración fúnebre en homenaje a la pintora, como también lo hizo en el funeral de Domenico en 1623.

Santa Bárbara (1619)
Claudio Strinati Collection, Roma
 

http://mujerespintoras.blogspot.com/2008/02/lucrina-fetti-ca-1590-ca1650.html

https://www.mujeresenlahistoria.com/2017/05/lienzos-en-el-monasterio-lucrina-fetti.html