Guerrilla Girls es un grupo que nació en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) en 1985, formado por un grupo anónimo de mujeres artistas que se caracteriza por ir generalmente vestidas de color negro y utilizar unas máscaras de gorila que ocultan sus rostros.
Utilizan en su activismo tácticas de guerrilla, entendiendo tal acción como “guerrilla de comunicación”, para denunciar la discriminación de las mujeres en el arte. Cada una de ellas utiliza como nombre de combate el de mujeres artistas ya fallecidas. Según ellas mismas comentan, nadie en su entorno conoce sus identidades (excepto sus peluqueros).
Además de la identidad de sus miembros, el número exacto se desconoce, aunque han declarado que en algún momento han pertenecido más de 55.
Queremos poner el foco en nuestros objetivos, no en nuestra identidad o en las obras de cada una de nosotras
Las integrantes se reunieron en 1985 una manifestación casi un año antes de formar Guerrilla Girls. Protestaban contra la exposición que en esos momentos se podía visitar en el MOMA, denunciaron que dicha muestra recogía las obras de los artistas más importantes del momento y entre ellos no había ni una sola mujer. Retomando esa idea consideraron que debían hacer algo para llamar la atención sobre la discriminación que suponía.
Su primer trabajo fue pegar carteles en las calles de Nueva York para denunciar el desequilibrio de género y racial de las artistas representadas en galerías y en museos. A lo largo de los años, expandieron su activismo a Hollywood, a la industria del cine y a la cultura en general.
En 1989 colocaron un cartel frente al Metropolitan Museum de Nueva York que decía:
¿Tienen las mujeres que estar desnudas para entrar en el Met. Museum? Menos del 5% de los artistas en las secciones de Arte Moderno son mujeres, pero un 85% de los desnudos son femeninos.
El cartel contenía una reproducción de la “Gran Odalisca” de Ingres, imagen archiconocida dentro de la tradición iconográfica del desnudo femenino. Su elección supone una crítica hacia el estereotipo de la mujer como objeto de deseo. Además, la odalisca de las Guerrilla Girls no se contenta con ser relegada a mero sujeto pasivo, sino que se subleva ante esta situación y lo hace colocándose, como sus creadoras, una máscara de gorila.
En uno de sus carteles más irónicos enumeran una serie de “ventajas” que atribuyen a la condición de ser mujer artista.
Entre ellas: Trabajar sin la presión del éxito; tener la oportunidad de escoger entre tu carrera y la maternidad; ver tus ideas reflejadas en el trabajo de otros; estar segura de que cualquier tipo de arte que hagas será catalogado como femenino; ser incluida en versiones revisadas de la historia del arte…
Su acciones consisten en una combinación de texto, contenido, y representación gráfica, que presenta los puntos de vista feministas con un humor descarado y divertido. Como resultado, muchas personas que originalmente no estaban de acuerdo con las posiciones de las ‘Guerrilla Girls’, han sido atraídas por su gancho gracioso e irreverente, y con frecuencia cambian su modo de pensar. Pretenden rehabilitar la palabra con «F» de feminismo, para que la gente que realmente cree en las ideas feministas (igualdad de oportunidades, fin de la discriminación por género, acceso igualitario a la educación, correcta educación sobre de los derechos reproductivos y derechos humanos para la mujer) logre finalmente un avance considerable en estos objetivos, o sea, pasar de los aspectos meramente declarativos y de denuncia a cambios palpables y mesurables.
Actualmente, las Guerrilla Girls ya no existen en su formato original. Hoy en día, hay tres grupos que se llaman y auto proclaman como sus sucesoras. Uno de ellos es teatral y viaja por Estados Unidos para denunciar la carencia de papeles para las actrices tanto en cine como en teatro. Los otros dos son grupos de arte visual y siguen denunciando la marginalización de la mujer en el arte. Las Guerrilla Girls americanas tuvieron sus imitaciones y compañeras en Francia y en Inglaterra.
Sus críticos han catalogado a las Guerrilla Girls de hipócritas y de servirse del activismo social para fines puramente propagandísticos. Según sus detractores, aunque el propósito de las campañas de las Guerrilla Girls fuera atraer la atención sobre el arte realizado por mujeres, su auténtico propósito sirvió a la clase artista más privilegiada y clasista. También se les achaca haber ignorado a las mujeres artistas que sufren misoginia, patriarcado o presidio en otras partes del mundo, centrándose tan solo en su propia entrada en el mercado artístico. Por esa razón, las Guerrilla Girls actuales ponen más énfasis en promover campañas a nivel mundial en contra de la violencia contra la mujer, la igualdad racial, la guerra o las dictaduras policiales.
Deja una respuesta