Àngels Ribé nació en Barcelona en 1943. Forma parte de una generación de artistas que se embarcaron en sus carreras a finales de los años sesenta, en medio de profundos cambios políticos y sociales que tuvieron un impacto directo en la forma en que se concebía la práctica artística. Al abandonar el estatus de entidad estética autónoma que había reclamado durante la modernidad, la obra de arte se abrió a un proceso de desmaterialización y socialización que trajo nuevas relaciones con el espectador, las instituciones y el mercado.
En 1967, sofocada por la atmósfera opresiva de Barcelona, Àngels Ribé se fue a Francia para estudiar sociología. Al establecerse en París, participó en los movimientos de mayo de 1968 y pronto comenzó a trabajar en el estudio del escultor Piotr Kowalski. Para entonces, había descubierto su vocación artística. En 1969, presentó públicamente su primera instalación, “Laberint”. Un laberinto circular hecho de plástico amarillo transparente que convirtió el espacio de exhibición en un escenario fluido de caminos improvisados por los espectadores.
Posteriormente se trasladó a Estados Unidos, donde vivió unos meses en Chicago, antes de establecerse durante unos años en Nueva York. Volvió definitivamente a Barcelona en 1980.
Vista de la exposición «Labyrinthe , 1969 (2011)» MACBA
En su ciudad natal se dedicó fundamentalmente a la pintura. Junto a artistas como Eugènia Balcells, Eulàlia Grau, Sílvia Gubern, Fina Miralles u Olga Pijon, su trabajo artístico tuvo muy presente la lucha de género en unos años, los setenta, en los que el trabajo creativo de las mujeres era aún poco visible, por lo que inicialmente firmó algunas de sus obras físicas como A. Ribé, ya que consideraba que ser una mujer no era ventajoso en el sector artístico.
En muchas de sus acciones, grababa fenómenos naturales provocando un choque entre naturaleza y acción humana. A partir de aquí, su trabajo mostró un marcado interés por los comportamientos mentales y los mecanismos de la percepción. A partir de aquí, su trabajo mostró un marcado interés por los comportamientos mentales y los mecanismos de la percepción.
Sus primeros trabajos se crearon con materiales poco tradicionales, como los juegos entre agua y espuma o la luz y la sombra. También con luces de neón, que la volvieron a conectar con la naturaleza incorpórea de la luz y el espacio, y al mismo tiempo produjo un extenso trabajo gráfico.
En el 2019 fue distinguida con el Premio Nacional de Artes Plásticas. El jurado indicó en el fallo que “su cuerpo es el principal articulador de acciones extremadamente meditadas en las que los elementos y procesos de la naturaleza adquieren un papel central» y que su obra es un referente para las generaciones de artistas posteriores.
Triangle (Triángulo) (1978) Vídeo
Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
La obra de Àngels se centra en la reivindicación de género y la reflexión sobre el cuerpo y el espacio. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas en los espacios más destacados de Europa y Estados Unidos. En 2011, el MACBA le dedicó la retrospectiva “En el laberint. Àngels Ribé 1969-1984”.
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