En 1917 se creó el grupo Dadá berlinés y Hannah estuvo presente en muchas de las iniciativas más renovadoras de la cultura alemana de los años diez y veinte, confirmando las siempre inestables fronteras entre el Dadá y el Constructivismo y siendo la única mujer del grupo.

Participó en la primera exposición del movimiento Dadá en 1919 y fue miembro del Novembergruppe, un movimiento artístico ligado al expresionismo, surgido tras la Gran Guerra para reorganizar los parámetros del arte alemán. Su modo de expresión se centró en el fotomontaje y está considerada como una de las grandes pioneras en el desarrollo de esta técnica fotográfica, en perfecta e imaginativa combinación con el collage.

Pionera del fotomontaje traslada con sus imágenes al espectador a un mundo de fantasía y de sueños, en el que las proporciones se distorsionan y las texturas se superponen, creando personajes insólitos que parecen fuera de toda lógica. Utilizó símbolos de crecimiento, de extinción, de amor y de odio, de glorificación y de rechazo, pero también de búsqueda de la belleza; en particular de la belleza oculta. En los fotomontajes también abunda la imagen de la mujer moderna, extraída de revistas contemporáneas, aunque su significado nunca es propagandístico. Otros collages presentan las típicas acumulaciones de imágenes inconexas, es una suerte de recapitulación del movimiento Dadá en Berlín.

Collage (1920)

Höch tiene una amplia producción como collagista, son obras realizadas con puntillas y patrones de costura, que reciclaba de su trabajo en la editorial Ullstein, donde se encargaba de diseñar tejidos y bordados. De poderosa inventiva, también es considerada pintora, escultora, creadora textil, escritora.  De su producción más crítiva destacan obras críticas como Staatshäupter (Jefes de Estado), donde aparecen fotos de prensa silueteadas del entonces presidente alemán Friedrich Ebert y del ministro de Defensa Gustav Noske, ambos en trajes de baño sobre un dibujo de flores y mariposas, y Hochfinanz (Altas finanzas), en el que la artista combina emblemas de entidades financieras con imágenes de maquinaria bélica para mostrar los intereses comunes entre los grandes bancos y los militares.

Enclaustrada y con miedo a ser denunciada, Höch permaneció en Alemania durante la II Guerra Mundial en una casa en la campiña cercana a Berlín y temiendo que los nazis fuesen a detenerla por la delación de algún vecino. Pero afortunadamente sus obras nunca fueron catalogadas como arte degenerado, quizá como consecuencia del poco aprecio que Höch merecía entre los elementos masculinos de las vanguardias. Tras la guerra siguió trabajando, aunque su tono fue adquiriendo un lirismo menos mordaz.

También cabe destacar que estuvo especialmente interesada en la representación de las problemáticas femeninas y en este sentido se aprecia su original producción de extrañas muñecas, probablemente porque era consciente de que en muchas ocasiones fue ninguneada y discriminada por los hombres del colectivo dadaista, que la definían como la mujer que hacía los recados.

The Flirt (1936)

Es en 1953 cuando le llega el reconocimiento, al adquirir el MOMA tres obras suyas. Después vendrán numerosas retrospectivas en los museos más importantes. Su vida se apagará en 1978 en Berlín , tras sesenta años de actividad artística.