Émilie Charmy


Émilie Espérance Barret nació en 1878 en Saint-Étienne (Francia), perteneció a una familia burguesa; su abuelo fue Obispo de Toulouse y su padre propietario de una fundición de hierro. Con cinco años de edad quedó huérfana, por lo que, tanto ella como su hermano Jean Barret, se vieron obligados a vivir con unos familiares en la ciudad de Lyon.

Autorretrato (1930)

Desde muy joven, Émilie demostró talento para el arte y la música, por lo que recibió una educación acorde a su estatus en un colegio privado católico donde se formó como maestra, pero se negó a ejercer la enseñanza, no era su vocación. A finales de 1890 decidió estudiar pintura y entró en el taller de Jacques Martin.

En este tiempo la artista comenzó a firmar con Émilie Charmy como seudónimo, nombre que utilizó hasta sus últimas obras.

Mientras que las mujeres fueron rechazadas por el mundo del arte y las pocas que se dedicaban a ello consideraba la pintura como un mero pasatiempo, Charmy recibió encargos y consiguió ser económicamente independiente por la venta de sus cuadros. Para ella la pintura fue una obsesión qué dominó muchos otros aspectos de su vida.

Charmy pintó principalmente mujeres en el ámbito doméstico, flores y naturalezas muertas. Sus lienzos que trataron estos temas fueron calificados como «muy comerciales» y además se les añadió el concepto de «decorativos», por tanto gozaron de cierto éxito entre la clase media que quería empezar pequeñas colecciones.

En su etapa fauvista produjo una serie de obras más intrépidas y técnicamente innovadoras, como sus paisajes realizados en el viaje a la costa del mediterráneo francés y a Córcega, que hizo en compañía de Matisse y otros amigos.

Un aspecto técnico poco convencional de su estilo fue dejar partes de su lienzo sin pintura, como si se tratara de una obra inacabada. De esta etapa destaca su “Mujer en bata japonesa” de 1907.

Mujer en bata japonesa (1907)

En 1908 Charmy se instaló definitivamente en París, montó su estudio en la Rue de Bourgogne y allí permaneció durante el resto de su vida.

Su colaboración artística con la novelista francesa Sidonie-Gabrielle Colette, inspiró a Charmy a pintar varios retratos y desnudos de la escritora. Colette describió en 1924 la experiencia de contemplar la obra de Charmy como la de «el asombro y el ansia de placer que uno siente en medio de un encuentro romántico”.

En las representaciones de Charmy de desnudo femenino aparecen mujeres particularmente modernas que poseen una notable carga erótica y una sensualidad que también supo imprimir en los retratos femeninos. Fue altamente inusual esas cualidades en la visión de una mujer artista, máxime si se sitúa durante las dos primeras décadas del siglo XX, por lo que llamaron poderosamente la atención en el mundo del arte. Charmy pintó expresiones faciales y corporales poderosas y profundas; hay poca timidez y mucha seguridad en la actitud de las modelos que posaron para ella.

La loge (1930)

Tuvo especial relevancia la obra titulada “La Loge” en la que se representa una escena de interior con objetos y figuras que no se distinguen fácilmente debido a la imprecisión de la pincelada propia de su estilo, pero en la que sí se pueden adivinar figuras femeninas semidesnudas, que llevan las misma medias negras que las obras de prostíbulos de Degas y Toulouse-Lautrec. «La loge» supuso un escándalo ya que una mujer de clase media respetable, como lo era Charmy, no era posible que pudiera haber visitado un burdel y mucho menos haberlo querido inmortalizar.

Las críticas positivas fueron unánimes en los cuadros de temas más generales, donde encontraron cualidades viriles por su estilo expresivo, pero reaccionaron desfavorablemente ante sus desnudos.

Después de la guerra, expuso en menor grado que en la cima de su carrera, pero continuó pintando hasta sus noventa años, por ello recibió el nombramiento de Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa.

Émilie Charmy está considerada como una artista provocativa, creadora de una de las producciones más originales del arte moderno del París de la primera mitad del siglo XX. Dejó un auténtico registro de valentía social y creativa, mientras vivió y trabajó entre los mejores pintores franceses de la época, incluidos Matisse y Rouault.

https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89milie_Charmy

http://www.emiliecharmy.org/index.php/resources/index/bio

 


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