Sonia Delaunay


Sara Élievna Ster, nació en 1885 en Gradizhsk, Óblast de Poltava (Ucrania), fue la pequeña de los tres hijos de una familia de judía de escasos recursos económicos. A los cinco años, fue enviada a vivir con el hermano de su madre Heinrich Terk, abogado de prestigio que vivía con una economía desahogada en San Petersburgo (Rusia). Aunque su madre biológica nunca permitió una adopción legal, Sonia siempre pensó en sus tíos  como su familia directa. Recibió una buena educación, incluido el acceso personal a grandes colecciones de arte. Viajó por Europa y pasó los veranos en Finlandia, Suiza, Alemania e Italia, lugares donde también visitó los museos más representativos. A los dieciséis años, su maestra de arte se dio cuenta del talento de la joven Sara y alentó para que fuera enviada a Alemania para que recibiera formación artística acorde a su potencial.

A los dieciocho años, comenzó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de la Universidad de Karlsruhe (Alemania), dos años después se trasladó a París e ingresó en la Academie de la Palette donde se descubrió el mundo del grabado.

En 1908 se casó por conveniencia con su amigo Wilhelm Uhde, marchante, coleccionista, crítico de arte y escritor alemán de gran importancia en el mundo de la  intelectualidad homosexual, Uhde introdujo a Sonia en el mundo del pensamiento parisino y gracias a ese matrimonio estableció su residencia en Francia. Allí se integró en el grupo de artistas de reconocido prestigio, que despertaron su interés por las distintas formas del cubismo, entre ellos estaban Pablo Picasso, George Braqye, Maurice de Vlaminck, y Robert Delaunay. En 1910 ocurrió el flechazo, Sonia se divorció de mutuo acuerdo de Uhde, se casó con Delaunay ese mismo año e inmediatamente nació su hijo Charles.

Bal Bullier (1912)

Museé d´Art Moderne de la Ville de París

Sonia adoptó desde su matrimonio el apellido de Robert Delaunay con el que es conocida desde entonces. Juntos trabajaron sobre el estudio del color, influidos por las teorías de Michel-Eugène Chevreul. El interés de Sonia por el contraste cromático simultáneo, estuvo presente desde sus primeras obras: collages, portadas de libros, pequeñas cajas pintadas, cojines, chalecos o lámparas entre otros objetos, pero también en una de sus primeras obras a gran escala, su icónica pieza Bal Bullier. En esta época también comenzó su trabajo como original diseñadora de moda, esos primeros  vestidos simultáneos fueron una curiosa mezcla de cuadrados y triángulos que daban vida a piezas de de tafetán, tul, flannelette, moiré o seda, algo así como escultura andantes.

Cuando la Primera Guerra Mundial fue declarada en 1914, la pareja se encontraban en la ciudad fronteriza vasca de Fuenterrabía, viajaron a Madrid  y Sonia quedó fascinada por el flamenco afirmando que vivir en la Península Ibérica había abierto sus ojos al mismo origen de la luz.  Establecida en Madrid comenzó a dedicarse profesionalmente a la decoración de interiores y el diseño de ropa para la alta burguesía de la época, abrió en el barrio de Salamanca la primera tienda con el nombre de “Casa Sonia”.

Las hijas de los marqueses de Urquijo en 1920 con vestidos de Modas Sonia (Madrid)

“Abro una Casa Sonia de decoración de interiores. En las casas ricas, en los palacios históricos, mando a paseo los alambicados pastelones, los tonos lúgubres, las mortuorias cursilerías»

Su fama de diseñadora creando obras muy lejos de las modas y en las que el color adquiría especial fuerza, fue en aumento y en 1918 se pidió su colaboración para diseñar  el vestuario de “Cleopatra”  de los Ballets Rusos que se inauguró en Londres ese mismo año. Existen fotografías de la propia artista vistiendo sus creaciones «cuando el arte está dentro de ti, puede estar en cualquier sitio», decía cuando le preguntaban por sus diseños

Cuando Sonia y Robert regresaron a París en 1920, redecoró completamente su vivienda, los muebles que diseñó pueden admirarse actualmente en el Musée des Arts Décoratifs de París. El hogar de los Delaunay permaneció permanentemente abierto a los miembros de los movimientos artísticos Dadá y Surrealista que suponían las vanguardias rompedoras de la época, concretamente  Tristan Tzara, André Bretón o Louis Aragón eran contertulios habituales.

Durante los años treinta, la vida de Sonia Delaunay se dividió en diferentes frentes; todo le apasionaba como el diseño de moda, escribir en artículos en revistas, decorar interiores y diseñar carteles.  Los Delaunay fueron ardientes defensores y  promotores del arte abstracto, en 1931 se hicieron miembros del grupo Abstraction-Création y organizaron el primer Salon des Réalités Nouvelles.

Flamenco Singers (1920)

Fundación Calouste Gulbenkian (Lisboa)

Después de la muerte de su marido en 1941, Sonia continuó su apoyo incondicional al arte abstracto y se convirtió en la primera mujer artista en tener una exposición retrospectiva en el Louvre. Y otras muchas exposiciones en 1967 obtuvo su mayor  reconocimiento con una retrospectiva con casi doscientas piezas en el Museo Nacional de Arte Moderno.

Siendo ya una anciana de más de 90 años recibió la Legión de Honor, pintó el cartel para el Año Internacional de la Mujer de la UNESCO, realizó el diseño de vestuario para una producción de la Comédie -Française para la obra “Seis personajes en busca de un autor”  de Pirandello, y participó en la Exposición París-Moscú en el Centre Pompidou. El presidente Georges Pompidou, en una visita oficial a los Estados Unidos, llevó  una de sus pinturas como regalo del gobierno francés, lo que certifica el reconocimiento del talento de esta maravillosa artista.

Sonia Delaunay murió en París a los 94 años de edad.


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