Nació en Albacete en 1886. Hija de Luisa Serna Sebastián y del militar Nueve-Iglesias López, cuando tenía 16 años quedó huérfana de padre. Se formó en el estudio de Vicente Castell, pintor de estilo costumbrista. Trabajó en la Escuela de Bella Artes de Sevilla, donde tuvo por maestro al pintor Gonzalo Bilbao.
Mirando a lo lejos (1918)
Mujer valiente y avanzada aprendió idiomas y decidió ganarse la vida por sí misma gracias a su trabajo de artista, asunto bastante complicado en aquella época, en 1918 presentó un dibujo en la revista Blanco y Negro titulado “Miranda a lo lejos”, que se publicó como portada el 1 de septiembre.
Alternando su residencia entre Castellón y Madrid, durante años se sustentó vendiendo copias de los grandes maestros que realizaba en el Museo del Prado. Entre 1920 y 1929 pintó más de sesenta copias de artistas, especialmente de Velázquez, Goya, Rubens, Tiziano, Veronés, Ribera, Murillo o El Greco. Esta actividad, además de reportarle ganancias, le proporcionó un gran dominio de la técnica y un aprendizaje de gran envergadura.
Inscrita en la Asociación de Española de Pintores y Escultores (AEPE), participó en los Salones de Otoño que organizaba esta institución y expuso en los de 1925, 1927, 1932 y 1933 presentando en este último tres obras: “Paisaje de Castellón de la Plana”, “Chiquillos” y “El abuelo”, que merecieron ser reseñadas en los peri6dicos que comentaron el evento. En 1935 volvió al Salon de Otoño y también a la Exposición Nacional de Bellas Artes.
En 1925 participó en una exposición de arte español en México que, auspiciada por la AEPE, organizaba Miguel Sierra Escudero y en 1937 estuvo también presente en la exposición que pudo verse en la Casa Guastarola de Ciudad de México con obras que viajaron desde Valencia.
Hasta después de la guerra civil no se volvieron a tener noticias de María, pero hacia 1940 estaba ya definitivamente instalada en Castellón donde se convirtió en una pintora de gran renombre. En 1944 fue la primera mujer que expuso en su ciudad natal, en las salas del Círculo Antiguo y Cultural pero, a pesar de su fama y del reconocimiento que gozo, prácticamente no volvió a exponer. Dedicó su trabajo a la creación de bodegones, paisajes, retratos y obras religiosas de gran formato que consiguió vender a muy buenos precios.
Montó también una academia de pintura en la que se formaron muchos artistas castellonenses y en la que, además, impartía clases de idiomas. Prueba de su buen hacer y de la estima que consiguió en 1958 se celebró una exposición de Artistas Noveles, en los salones de la Caja de Ahorros, como homenaje a su profesora María Nueve-Iglesias.
Sin duda fue una mujer de gran empuje y valentía que tuvo la fuerza de imponerse en un mundo dominado por los hombres.
María Nueve-Iglesias Serna murió en 1968 en Castellón.
Texto extractado del catálogo “Dibujantas, pioneras de la ilustración”. Museo ABC 2019.
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