Nació en Denver, Colorado (Estados Unidos) en 1958. La infancia de Francesca transcurrió entre Boulder, un pueblo de Colorado, y Antella, una aldea de la campiña toscana frecuentada por artistas y exponentes de la alta sociedad de Florencia, donde su familia veraneaba. Criada en el seno de una familia de artistas, su interés por la fotografía surgió a una edad muy temprana: con solo 13 años empezó con sus primeros trabajos, ya adoptando un estilo característico, casi siempre fotografiando en blanco y negro, con formato cuadrado, y dando prioridad a la iluminación para, a través de ella, conseguir centrar la atención sobre un sujeto principal (y normalmente único) en la escena.
De sus padres obtuvo sus primeras influencias hacia el arte, de tal forma que, desde pequeña, lo conceptualizó no sólo como un modo de vivir, sino más bien como un modo de pensar. Es considerada una niña prodigio.
Entre los años 1975 y 1979 fue estudiante de la Rhode Island School of Design en Providence, y fue aceptada en el Programa de Honores que le permitía vivir durante un año en las instalaciones de la escuela en Palazzo Cenci en Roma. Durante su estancia en la capital italiana, se identificó con el surrealismo y el futurismo, que desde entonces ganaron presencia en sus fotografías, así como la decadencia, representada en las paredes desnudas y los objetos antiguos que también comenzaron a poblar sus trabajos.
Durante su estancia en Roma, elaboró fotografías en las que el fondo presentaba paredes deterioradas, enfatizando la calidad geométrica del origen arquitectónico clásico, cuyo estado es ruinoso. Estos escenarios recuerdan ambientes en los que le gustaba ubicar su trabajo en Rhode Island, donde buscaba viejas mansiones victorianas o fábricas abandonadas que le pudieran ofrecer el contexto apropiado para lo que quería expresar.
Sin título, Roma, (1977-1978)
En este periodo, en sus fotografías está latente la influencia de los pintores clásicos italianos; por ejemplo, en su serie Calendario Pez – 6 días (Fish Calendar – 6 Days), muestra naturalezas muertas junto a desnudos parciales.
En 1979 se trasladó a Nueva York, donde quiso hacer carrera fotográfica. Su obra está repleta de retratos, mayoritariamente de mujeres en blanco y negro, y en muchas ocasiones posó ella misma como modelo. El cuerpo es uno de los temas centrales de su fotografía; las figuras humanas aparecen borrosas, perdidas en la sombra, parecen formar parte de las salas invadidas por el deterioro.
A través de sus fotografías, Woodman buscó la denuncia de la situación en la que vivían las mujeres en los años 1970. Envió portafolios a algunos fotógrafos de moda, pero sus esfuerzos no se vieron recompensados y sufrió una depresión. Después de un intento fallido de suicidio en septiembre de 1980, en una carta a un amiga ex compañera de la Rhode Island School of Design, Sloane Rankin, escribía las siguientes palabras:
«Polka Dots» (Lunares) (1976)
Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…
El 19 de enero de 1981 Francesca Woodman se suicidó con solo 22 años. Saltó por una ventana de un loft del Lower East Side de Manhattan en Nueva York. Dejó 10.000 negativos y 800 fotografías impresas, un trabajo que la convirtió en los años siguientes en una artista de culto.
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