Ana Esmith nació en Madrid en 1976. Es licenciada en Periodismo por la UCM y diplomada en Arte Dramático por la International Drama School Philippe Gaulier en Londres.
Comenzó su acciones performativas cuando por primera vez se atavió con un recatado vestido color beige que había comprado en el Rastro por un euro y salió a la calle.
“Surgió a los cuatro meses de aterrizar en Madrid. Yo no sé si fue una respuesta inconsciente, pero me salvó la vida tenerla en mi imaginario, porque todo el mundo me preguntaba qué iba a hacer y por qué había vuelto de Reino Unido, ‘con lo bien que se está fuera’. Cuando comencé a subir fotos suyas a las redes sociales, empezaron a preguntar que por qué lo hacía, que qué era eso, que por qué miraba a cámara… supongo que seguirán con esas preguntas”.
Su mera presencia genera un discurso universal, se viste con un vestido beis, un bolso beis, un cinturón beis, unos guantes beis, unos zapatos beis y un martillo.
Miss Beige encarna a esa mujer, mal llamada “normal”, que ha llegado a la mediana edad y en cierto modo es invisible para la sociedad. Devuelve la mirada como un espejo social que permite hacernos preguntas tan eternamente humanas como ‘¿Quiénes son? ¿Cómo los veo? ¿Quién soy yo? ¿Cómo me ven?’ Auspicia reflexiones especialmente difíciles en tiempos en los que la sociedad nos educa a mirar hacia fuera en vez de hacia dentro”.
La ajetreada agenda de esta heroína de las mujeres anodinas, dista mucho de ser relajada: lo mismo se pasea por ARCO con una mochila de Glovo, que callejea por Madrid (y sus municipios) hasta dar con una verbena en la que ensayar un baile, una mercería o una fuente en la que retratarse de manera singular… o cuando decide, como cualquier señora que se precie, hacer una merecida escapada a la playa ante la atenta y asombrada mirada de otras bañistas.
Ana Esmith, tampoco anda corta a la hora de enumerar ocupaciones. Este año ha estado girando por España con la obra de teatro Othello (de la mano de Voadora, que estrenó en La Abadía) y ha participado junto a Chevy Muraday el espectáculo Pas de Deux
“Soy actriz y periodista aparte de performer, así que tengo un día a día variado, y me gusta que así sea. Participo en montajes teatrales, colaboro con revistas e imparto formación”. “Mi objetivo con Miss Beige era darle vida sin transformarla ni alterarla, y conseguir hacer un color de un no color. Comenzar la revolución desde el beis, para demostrar que no se necesita una cresta para ser punk”.
Efectivamente, no deja de ser paradójico que el célebre personaje no sonría, no tenga interacción física con nadie y tampoco se cambie jamás de ropa. Para más singularidad, lo único que lleva en su bolso, es un martillo.
A pesar de que para la madrileña su personaje representa el ‘antiselfi’, Miss Beige tiene especial tirón en las redes sociales (@miss__beige), en las que lo mismo aparece convertida en un cuadro del Prado (del que está disfrutando convenientemente la Reina Letizia) que en una Cariátide de la Acrópolis o la invitada especial en la visita de Joe y Jill Biden a la Reina de Inglaterra. Esas intervenciones conviven en su feed con las imágenes (reales) en las que va a vacunarse, le roba el plano a la Dama de Elche en el Museo Arqueológico Nacional, o se cuelga de los testículos del toro de Osborne en cualquier autopista española. No canta, no baila, no habla, pero por favor no se la pierdan.
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