Hilma af Klint


Nació en 1862 en Estocolmo (Suecia) en el seno de una familia acomodada, hija de un comandante naval que le proporcionó una educación notable y que le permitió estudiar en la Escuela de Bellas Artes (Konstakademin) gracias a la ley escandinava que permitía que las mujeres accedieran a la educación artística, lo que no era usual en esa época. De complexión pequeña, apenas medía 1.50m de estatura, tenía una energía inmensa que le permitió hacer obras de gran tamaño. Era vegetariana y siempre vestía de color negro.

Durante su etapa estudiantil, hasta 1908, pintó y expuso retratos y paisajes de estilo naturalista, pero al morir su hermana en 1880 comenzó a leer textos teosóficos, haciéndose miembro de una Sociedad Teosófica. Paralelamente continuó con su labor artística como complemento e su labor espiritista. En 1887 abandonó el lenguaje figurativo cuando con otras cuatro amigas con las mismas inquietudes que ella, formó el grupo de Las Cinco organizando sesiones de espiritismo en las que Hilma hizo las funciones de médium, mientras realizaban pinturas y dibujos automáticos. Se reunían semanalmente en sesiones esotéricas durante las que pintaban en estado de trance o semiinconsciencia. Entraron en contacto, según explica Hilma en sus diarios, con habitantes de otros planos astrales, «seres superiores» de quienes recibían órdenes y directrices.

Nunca se casó ni tuvo hijos, siguió pintando, pero siempre desde el aislamiento, con el temor y la certeza de que no iba a ser entendida, cuando falleció en 1944, dejó escrito en su testamento que la serie de pinturas que había realizado bajo inspiración espiritual no debían descubrirse hasta veinte años después de su muerte. Decenas de sus cuadros permanecieron en un depósito de Estocolmo: su familia no creyó que tuvieran valor, pero cuando se descubrió su obra la sorpresa fue total. Ocurrió con motivo de una exposición organizada en el Museo del Condado de Los Ángeles, bajo el título “Lo espiritual en el arte; pintura abstracta 1890-1985” allí se pudo admirar un panorama lleno de artistas modernos que eran teosofistas, espiritualistas, ocultistas, magos, metafísicos y médiums, evidenciando que existe una relación significativa entre arte moderno y las formas esotéricas de espiritualidad, pero la obra de Hilma causó verdadera sensación al mostrarse parte de las más de mil pinturas y dibujos de la artista, varios cuadernos con anotaciones y textos que hasta entonces habían estado ocultos, y que efectivamente mostró la clara vinculación a la abstracción pictórica que desarrolló en las primeras décadas del siglo XX supuestamente pintados bajo los efectos de la hipnosis.

hilma at klint-Altar Painting, no.1-1915

Altarpiece, Nº 1, Serie X Altarpieces (1907)

Está demostrado que la producción de Hilma af Klint se realizó cinco años antes de que aparecieran las obras de Wassily Kandinsky, Piet Mondrian y Kazimir Malevich, y que a día de hoy aún son tratados como los precursores del arte abstracto a principios del siglo XX, se trata pues de un caso más de la invisibilidad de la mujer artista. Hay que recordar que Kandinsky se autoproclamó sin rubor como el primer autor de un cuadro no figurativo, que habría firmado allá por 1911, cinco años después de la primera obra de la sueca. “Sí, fue el primero de todos. Por aquel entonces, ni un solo pintor utilizaba el estilo abstracto. En otras palabras, se trató de un lienzo histórico”, según consta en su correspondencia acerca de un cuadro que nunca pudo mostrar en público, puesto que lo había extraviado durante su exilio.

hilma at klint-varios

Retrospectiva en el

Moderna Museet de Estocolmo (2007 – 2008)

http://www.hilmaafklint.se/


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