Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1941, nieta de militar, sus padres se casaron en el Sahara, por lo que pasó gran parte de su infancia en África. De su madre recibió una educación abierta y constructiva.

Cursó estudios de piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, aunque no llegó a licenciarse. En el curso 1958-1959 logró una beca en Arlington (EE UU) que pese a no saber inglés, se animó a aceptar por la insistencia de su madre “no te lo pienses… lo aprenderá allí”.

Mi caso es muy excepcional, yo venía del francés y la experiencia me ayudó a ver el mundo de otra forma,  fue una experiencia única ya que en España estábamos en pleno franquismo. Estuve en el sur, en Arlington y lo primero que noté es la diferencia racial, el mundo negro estaba separado del blanco, hasta el punto de que existían aseos para negros y para blancos. Yo había vivido en África hasta los 14 años y nunca había visto una situación igual.

En Estados Unidos empezó a interesarse por los aspectos políticos y sociales que le llevaron a París, donde asistió a clases de Ciencias Políticas. En 1970 decidió dedicarse a las artes visuales, realizando su primera exposición en 1973.

No hice Bellas Artes, lo intenté cuando iba a cumplir treinta año, asistí a una de esas academia que te preparan para el examen de ingreso con dibujo y pintura, es verdad que mi padre era pintor, y yo me había esforzado toda mi vida en serlo, pero él no quería porque decía que Bellas Artes no era para chicas, que allí aparecían señores desnudos. Pero está claro que si me hubiera empeñado lo habría hecho.

Entre los años años 78 y 82 fue docente en el colegio Siglo XXI de Madrid,  también impartió, durante veinte años, clases en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, lo hizo como profesora de reconocido prestigio por no tener la licenciatura.

Jardín de las palabras escritas (2003)

En esa década mostró sus proyectos  “Sumario de un proceso político” y “Desarticulación de un partido político clandestino” que surgieron a raíz del juicio por el asesinato de Carrero Blanco, haciéndose eco del significado de un sumario en un estado dictatorial, como lo sufría España en aquellos últimos momentos del franquismo. Desde entonces el papel de los medios de comunicación, la censura o la autocensura han estado presentes durante toda su trayectoria artística.

Por su interés en la dirección cinematográfica, comenzó a trabajar con la vídeo creación a principios de los 80. En su primera vídeo instalación dialogó con la escalera, trabajando con el tiempo real, el tiempo virtual y el tiempo mental. Participó en el Primer Festival de Vídeo Internacional de Madrid realizado en el Círculo de Bellas Artes de 1984 y en los ochenta fue invitada a realizar una instalación en el Primer Festival de Arte de los Media en Osnabrück (Alemania).

La actividad compositiva de Concha Jerez se encuentra, desde finales de la década de 1980, ligada a la radio y a las obras de arte radiofónico para diversas emisoras europeas. Desde 1989 trabaja en numerosos proyectos con el compositor y artista multidisciplinar José Igés, con quien en el 2015 presentó Media Mutaciones en Tabacalera (Madrid) con un recorrido de los proyectos conjuntos de ambos artistas.

La trayectoria artística de Concha había sido poco premiada, pese a tener una de las biografías artísticas con mayor recorrido y reconocimiento internacional, pero en el 2015 ha sido galardonada con el Premio Nacional de las Artes y en el 2017 el Premio Velázquez de Artes Plásticas.

La autocensura (1976)

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