Nació en Oporto (Portugal) en 1940 en una familia burguesa y conservadora. Tuvo una educación religiosa que la llenó de contradicciones y de inquietudes.
En 1957, con diecisiete años de edad, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Oporto, donde en seguida destacó como una de las mejores alumnas, si no la mejor, y una de las más díscolas, si no la más. Tenía un talento indiscutible que pasmó a sus profesores desde el primer momento. Al tercer año dejó la carrera.
Allí, en la universidad y en el ambiente estudiantil conoció a Álvaro Siza, que más tarde fue su marido y en 1961 se casaron. Desde un principio mostró una gran libertad personal en una época dictatorial muy dura y muy gris. Dibujaba brillantemente y a la primera, a primer trazo. Empezaba por un extremo del papel y terminaba por el otro, de una vez, a pluma, sin encajar ni planificar. Enlazaba figuras humanas retorcidas que llenaban el espacio y lo hacían bailar y retorcerse.
Los dibujos de Maria Antonia Marinho-Leite eran atormentados, tensos, a menudo trágicos. Pero tenía dos caras contrarias: la luminosa y la oscura, la alegría y el dolor, el optimismo y el pesimismo, la explosión de júbilo y el silencio. En esos dibujos no se ve solamente el virtuosismo de quien domina la técnica, pero se ve también un drama interno. En su dualidad algunos son expresionistas e incluso violentos, mientras que, los realizados en sus “otras” fases, son obras que muestran un gran sentido del humor.
En el año 1962 nació su hijo Álvaro, y en 1964 Joana. En ese año 1964 la personalidad bipolar de María Antonia sufrió una profunda crisis postparto que ya le duró el resto de su vida, con sucesivas mejorías y recaídas. Recibió atención psiquiátrica y estuvo muy medicada con estimulantes y ansiolíticos.
Obra en la exposición «Maria Antonia Siza 1940-1973»
Círculo de Bellas Artes (Madrid)
En vida hizo una sola exposición. Fue en Oporto, en la cooperativa Arbore, en 1970. A título póstumo participó en la exposición de 2002 que el Círculo de Bellas Artes de Madrid dedicó a su marido el arquitecto Álvaro Siza. Cabe destacar que en la portada de dicho catálogo el nombre de Maria Antónia aparece muy pequeño, mientras que el apellido Siza enorme. Siza, gran valedor del legado de su esposa, comentó “ No sé a qué se debe esto. Supongo que a marketing y esas cosas”.
Falleció a los treinta y dos años de edad. Se habló de suicidio, pero no hay ningún motivo para pensar eso: En el certificado médico de defunción consta «embolia pulmonar».
Obra en la exposición «Maria Antonia Siza 1940-1973»
Círculo de Bellas Artes (Madrid)
Maria Antónia dejó más de mil dibujos, pero apenas unos pocos cuadros al óleo, también se conocen algunas acuarelas que son preciosas y delicadas iluminaciones de los dibujos, pese a ello no puede calificarse como pintura.
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