Marina Núñez Jiménez nació en Palencia en 1966. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y doctora en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha.
Entre sus primeras experiencias está la participación en la II Bienal Ciudad de Albacete de Pintura en 1988, y ya en 1993 realizó su primera exposición individual en Unicaja, Málaga. Destaca de este periodo el empleo de la infografía. En relación a la temática empleada, cabe mencionar la importancia de series sobre la locura, la muerte, la monstruosidad y la ciencia ficción. Pero existe un factor común que los interrelaciona, la extrapolación sobre el género con la que pretende realizar un discurso político y feminista. Marina es capaz de elaborar un mundo simbólico en el que propone una reflexión centrada en el papel de la mujer a lo largo de la historia. El eje de sus obras es la figura femenina, ubicada en un espacio de incertidumbre.
El punto de inflexión que marca el giro hacia su lenguaje y temática propios está en 1992 cuando su trayectoria se ve definida por el uso de diferentes soportes, por su particular temática e incluso por los diferentes recursos de los que se vale. En un primer momento, emplea elementos estrechamente vinculados a la mujer como lo son los objetos de uso doméstico, por ejemplo manteles, para posteriormente iniciar una etapa configurada por diferentes series: mujeres locas, mujeres muertas, mujeres cyborgs y mujeres mostruo. En todas ellas, la mujer es protagonista y en todas existe una propuesta de reflexión sobre la condición femenina en una sociedad patriarcal como la nuestra.
En 1997 en el Espacio Uno del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia Marina nos sorpende con su serie Locura en la que exploró el concepto de histeria como manifestación de protesta femenina a la opresión de las sociedades patriarcales.
Infierno (2008)
En diciembre del 2015 en la sala de exposiciones de la Comunidad de Madrid «Alcalá 31» pudo contemplarse la exposiicón «El fuego de la visión» lo que supuso una revisión general del trabajo de la artista, que hasta ese momento sólo había podido verse de manera más reducida en las sucesivas muestras singulares que fue presentando a lo largo de sus más de veinte años de trayectoria profesional. En ella se sintetizaron dos componentes claves para comprender el trabajo de esta artista: el fuego, imagen de la pasión en la que se desenvuelven las relaciones humanas y los ojos que cobran vida propia.
Su obra se ha visto en numerosas muestras colectivas e individuales en España, Amsterdam, París, México, Bruselas y San Francisco. Cabe destacar sus muestras La locura, en 1997, en el Espacio Uno del Museo Reina Sofía, o Ciencia-ficción, en 1998, en La Gallera de Valencia. Actualmente es profesora titular de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra de la Universidad de Vigo y su vida transcurre entre Madrid y Pontevedra.
Locura (1996)
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