María Revenga Sancho nació en Madrid en 1901, en el seno de una familia militar. Su infancia transcurrió en distintas provincias españolas debido a los diferentes destinos del cabeza de familia, en acuartelamientos nacionales, lo que le valió el alma viajera que siempre le acompañó.

Estas impresiones acerca de los paisajes fueron los que forjaron su paleta y su trazo artístico que la distinguirían a lo largo de toda su vida. María fue culta, con un alto nivel intelectual, hablaba y escribía además alemán, francés e inglés, y una formación pictórica que su familia cuidó primero en las clases juveniles en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga y en Madrid, bajo la tutela de Mª Luisa Gómez de la Riva, esposa del también pintor Domingo Muñoz. Allí aprendió a dominar la acuarela en vistosas composiciones florales.

Entre 1903 y 1905 vivió en la tierra natal de su madre, Las Palmas de Gran Canaria, trasladándose también en 1913 a Málaga, en donde creó lazos de amistad con distintas personalidades de la época y en donde conoció al que fuera su marido, Christian Froemke, hijo del cónsul alemán en Málaga.

Hasta 1920 residió nuevamente en Madrid, donde María Revenga cursó estudios de secundaria en el Colegio Alemán. Un nuevo traslado a Mérida debido a la carrera del padre, hizo que se dedique con mayor intensidad a la pintura, y al regreso a Madrid, después de tres años, decidió dedicarse ya plenamente a la pintura, especialmente al paisaje, y ejercerla “plen air” en continuas excursiones a la sierra de Guadarrama.

En Málaga contrajo matrimonio con el anteriormente citado Christian Froemke. Juntos realizaron un largo viaje por Europa en la que los paisajes de montaña fueron su especial debilidad.

Sierra de Guadarrama (s/f)

Tras la Guerra Civil e instalados en Madrid, desarrolló una intensa actividad en el estudio que mantenía en la Calle Fortuny, además del que tenía en la localidad de Piedralaves, en Ávila y otro pequeño en Benalmádena. Su extensa actividad expositiva nacional e internacional se inició en 1943 con sendas exposiciones madrileña y barcelonesa en las salas Macarrón y Pallarés. Su amistad con el pintor Macarrón, la llevó a recorrer las mejores salas y galerías de Madrid, Málaga, Sevilla, Gijón, La Coruña, Bilbao, San Sebastián y otras muchas capitales españolas.

Fue también asidua a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, en la Exposición latinoamericana de Venezuela y Cuba, y en general en todas las realizadas en los años cincuenta y sesenta y concurrió a numerosos certámenes locales y nacionales donde obtuvo importantes galardones, como la Primera Medalla de la II Bienal de Pintura de los Países Mediterráneos (Alejandría, 1957), Primera Medalla del XXXVI Salón de Pintura de Montaña de Madrid (1961), Segundas Medalla del XXII Salón de Otoño, de la Diputación de Alicante….

Su proyección internacional vino de la mano del Instituto de Cultura Hispánica, que entre 1955 a 1976, promovió exposiciones en Cuba, Caracas, Vancouver, El Cairo, Beirut, Alejandría, Tetuán, Tánger y Fernando Poo; llegando su obra también hasta Alemania e Italia.

Paisaje costero (s/f)

En 1974, tras fallecer su marido, María Revenga se dedicó a viajar y apreciar los maravillosos paisajes que el mundo le ofrecía. El inicial realismo de las obras de María Revenga se fue resolviendo en una pincelada cargada de pasta y con un gesto más dinámico y suelto, lo que aportó a los paisajes de la pintora una vibración intensa del color y un dinamismo extremo de su huella que anima la composición en una línea más expresiva y personal.

Pintó flores, montañas, bosques, paisajes con cascadas y frondas, el mar y tantos y tantos temas relacionados con la naturaleza, si bien su verdadera obsesión fueron los cielos plagados de nubes y las cumbres nevadas con grandes celajes nubosos. Encontró su temario en los grandes espectáculos de la naturaleza; en las cimas nevadas, en las serranías con sus nubes y ventisqueros y en el mar, con sus rompientes.

El que fuera Director del Museo Romántico de Madrid, Manuel Casamar, escribió que “tenemos ante nosotros a la pintora de siempre, que aún en el paisaje malagueño nos da versiones audaces, nuevas, imprevistas, porque ese es su genio, al menos en una de sus facetas fundamentales, el vigor, el valor, el atrevimiento”…María Revenga Sancho - "picos De Europa

Realizó dos grandes exposiciones de su obra en Málaga, una en 1970, en el Museo de Málaga y, nueve años después en el Museo Diocesano de la misma ciudad.

Picos de Europa. Santander (s/f)

Falleció el 19 de diciembre de 1988, sin descendencia.

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