Nació en el madrileño barrio de Carabanchel en 1977, se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense en el 2000 en la especialidad de escultura, pero su producción también se realiza en otras disciplinas artísticas: dibujos, instalaciones, vídeos y fotografías.
Comprometida con la realidad, la trayectoria de Paula Rubio Infante se caracterizó desde el principio por un claro interés en los conflictos que el poder o la clase dominante y sus instituciones resuelven mediante la violencia, en mayor o menor medida, para preservar su condición privilegiada. La idea del compromiso con la realidad subyace a todas sus obras que de una manera más concreta destacan el comportamiento sádico del ser humano como una forma de lograr los objetivos de la expansión geográfica, política y racial.
Aborda también temas incómodos o dolorosos como el sacrificio, la tradición, los tabúes, el sadismo en campañas de expansión política y geográfica; en definitiva, el lado más cruel de la condición humana y también su vulnerabilidad.
La madrileña generalmente comienza sus proyectos con los instrumentos creados para monitorear y sancionar, a través de un primer registro fotográfico o audiovisual de carácter documental, para luego expandirlo a otros medios como intervenciones o instalaciones.
En «Soplaré, soplaré y soplaré» del 2013 trata sobre las duras condiciones de trabajo del gremio de sopladores de vidrio que fabricaban los objetos de lujo que ahora se exhiben en el Museo de Artes Decorativas de Madrid.
Ríen los Dioses (2013)
Posiblemente por ser hija de un funcionario de prisiones, la producción más interesante de Paula se centra en diversos proyectos sobre la historia carcelaria española. En «El peso de la justicia» que ha desarrollado en diferentes épocas, desde el 1998 al 2011, se centra en las instituciones psiquiátricas penitenciarias pero mención especial merece «Ríen los dioses”. El fondo argumental de esta propuesta es sórdido, aunque incluye un descubrimiento estético. Como ya se ha comentado, el padre de la artista fue funcionario de prisiones y en ese contexto tuvo trato en el psiquiátrico penitenciario de Carabanchel con Manuel Delgado Villegas “El Arropiero”, considerado el peor asesino de la historia criminal española, que tras su detención confesó tantos crímenes que la policía, al principio, no le tomé en serio ya que confesó cuarenta y ocho asesinatos. Se consiguieron probar siete, aunque se consideró verosímil que fuese el autor de veintidós asesinatos que, en algunos casos, incluyeron necrofilia.
Delgado era analfabeto, sufrió maltrato, se prostituyó desde muy joven y acabó de trastornarse en la Legión, pero pese a esos tremendos datos biográficos, tenía talento para el dibujo. En Carabanchel, su padre quiso ayudarle y le compró un cuaderno de dibujo y unos rotuladores, con los que el asesino llenó el álbum de composiciones sorprendentes, de colores muy vivos, con formas unas veces arquetípicas y otras alusivas a su actividad criminal. Precisamente el título “Ríen los dioses”, aparece escrito en uno de los dibujos de Manuel y puede que éste tomara de la colección de relatos de Jack London “cuando los dioses ríen”.
Paula tampoco es ajena al maltrato animal, en su proyecto «Entre pecho y espalda» del 2006, se posicionó en contra del comportamiento del ser humano y la instrumentalización por parte del hombre de individuos de otras especies.
En torno al tema no resuelto de la memoria histórica en España, las víctimas del golpe de estado del 36 y la dictadura franquista ha realizado la trilogía «Come mierda», «La luz se propaga en el vacío» y «Los trapos sucios se lavan en casa».
El peso de la justicia (1998-2011)
En el 2010 recibió el VIII Premio ARCO Comunidad de Madrid para Jóvenes Artistas y fue una de las galardonadas en la convocatoria Generaciones 2012 y en el 2015 recibió el Premio El Ojo Crítico de RNE. Desde el 2001 Paula Rubio Infante ha protagonizado muestras individuales en el Colegio de Arquitectos de San Miguel de Tucumán y en las galerías madrileñas Ka, Formato Cómodo y Paula Alonso, y en colectivas en el Círculo de Bellas Artes, el MACUF de La Coruña, el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (Madrid) y las ferias de arte como ARCO, ZONA MACO, Estampa y PHotoEspaña entre otras.
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