Giovanna Carolina Carlesimo, conocida en el mundo artístico como Juana Romani, nació en Velletri, cerca de Roma (Italia) en 1867, pero se mudó con su familia a Francia durante su niñez.
Su padre murió en 1876 siendo Juana apenas una niña, por lo que su madre volvió a casarse con Temistocle Romani de la familia Romani di Velletri, quien decidió mudar a la familia a París instalándose en el barrio latino cuando Juana tenía diez años.
Ferdinand Roybet. Retrato de Juana Romani (1890)
Colección Museo de Bellas Artes de Buenos Aires
En París frecuentó los círculos de artistas. En 1882 posó para la escultura «Diana cacciatrice» de Alexandre Falguière. A partir de 1884 comenzó a posar como modelo del pintor Jean-Jacques Henner para luego convertirse en su pupila. Más tarde continuó estudiando el arte pictórico con Ferdinand Victor Léon Roybet, con quien comenzó una relación amorosa.
En 1886 renunció voluntariamente a su segundo nombre y convirtió su nombre «Giovanna» a su equivalente español «Juana», adoptando el apellido de su padrastro para crearse un seudónimo original siguiendo el ejemplo de otros artistas. Dos años después, comenzó a exponer regularmente en el salón de la «Sociedad de Artistas Franceses», más conocido como el Salón de París, adquiriendo notoriedad como retratista.
Portrait de Jeune Fille (1981)
Se dedicó al costumbrismo histórico con vestidos de época, que ella a menudo resolvió a través de una única figura de mujer joven y provocativa. Son efigies de heroínas bíblicas, imágenes fantasiosas de reinas y princesas o representaciones de mujeres de exótico atractivo, envueltas en misterio; todas revestidas, en distinto grado, por una sensualidad oscilante entre la malicia y el erotismo.
Logró una gran reputación entre las artistas femeninas de la época. Su carrera fue muy rápida y se convirtió en la pintora de moda del “todo París” de la Belle Époque .
Juana evocó la riqueza fastuosa de los tejidos recurriendo a una pincelada vibrante. Sus retratos llevan el nombre de antiguas heroínas bíblicas, mitológicas o históricas: desde Salomé y Judith hasta Bianca Capello.
Jeanne d´Arc (1895)
Lamentablemente su final fue similar al de muchas mujeres talentosas e inteligentes de su época. El hombre con quien mantenía una relación sentimental decidió internarla en un centro psiquiátrico, en donde falleció en 1924, cuando contaba 57 años. Juana Romani fue una de las numerosas mujeres que exploró las posibilidades plásticas del cuerpo femenino. Y una, de tantas que cayeron en el olvido.
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