Victoria Civera


Victoria Civera Redondo nació en Puerto de Sagunto (Valencia) en 1955. Comenzó su actividad en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde experimentó con la fotografía, el fotomontaje y el Happening.

En sus primeras obras experimentó con imágenes procedentes del mundo de la pornografía, empleados en la realización de fotomontajes. Su obra empieza a ser conocida en la década de los años ochenta, con una producción englobable dentro del ámbito artístico de la Action Painting. Posteriormente, su producción artística se decantó hacia una figuración.

Posteriormente, centró su trabajo en la pintura neoexpresionista y en los años ochenta aumentó visiblemente el tamaño de sus obras. Tras un periodo calificado de Simbolismo Abstracto, se instaló en Nueva York en 1987 con su marido Juan Uslé, con quien trabaja en ocasiones en obras que alternan fotografía, fotomontaje y pintura.

En la ciudad de los rascacielos abrió una nueva etapa en la que sus planteamientos plásticos experimentaron cambios significativos. Su pintura se desarrolló en pequeños formatos y comenzó a hacerse patente una mayor preocupación por el espacio.

Vista de sala de la exposición «Bajo la piel«(2005) en el Museo Reina Sofía (Madrid)

Civera utiliza con más frecuencia tonos sutiles, colores apagados y una iconografía abstracta, que conduce su obra hacia un plano más íntimo, de reflexiones y metáforas. En esta época, sus pinturas evolucionaron hacia lo objetual e incorporó materiales como yeso, algodón, lino, seda o terciopelo, además de objetos con los que crea un nuevo canal de comunicación. En esta etapa surgió la escultura y la instalación en su producción, en un momento de intensa actividad expositiva a ambos lados del Atlántico.

«El artista es esta mochila llena de aire y soledad. A los dos los necesito para realizar el viaje en el estudio. Cada día has de intentar un nuevo viaje, un comienzo, y para ello hay que vaciar y llenar la mochila de nuevo aire, que aunque pesa lo mismo es distinto si miras adelante».

En los años noventa no abandonó la pintura, pero se concentró en la creación de instalaciones basadas en la utilización de objetos de uso cotidiano. La plena figuración protagonizó los trabajos que fue realizando a finales de esta década.

Victoria Civera. La matanza (Ni la palabra ni el silencio) (2017)

Vista de la obra «La matanza» en la exposición «Ni la palabra ni el silencio» (2017) Centro de Arte de Alcobendas

Centrada en el universo femenino y por su contenido onírico, Victoria se ha volcado en imágenes de muchachas con apariencia de hadas, jóvenes desafiantes y enigmáticas, mujeres apesadumbradas y angustiadas, con todo ese bagaje Victoria Civera ha conseguido un lenguaje personal y repleto de matices.

En el ámbito del trabajo escultórico: hebillas, zapatos, vestidos, todo un conjunto de materiales y objetos específicamente femeninos con los que parece querer incidir también por el papel de las mujeres en las sociedades contemporáneas.

En el 2005 pudo verse la muestra “Bajo la piel” en el Espacio Uno del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y en el 2017 en el Centro de Arte de Alcobendas (Madrid) «Every Day. Ni la palabra ni el silencio» comisariada por Susana Blas.

Vista de la exposición «Atando el cielo» (2010)

en el CAC de Málaga

Su obra se ha expuesto en numerosas galerías y museos españoles y de Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, Brasil y Estados Unidos y forma parte de colecciones de museos y fundaciones españolas como ARTIUM de Vitoria, Caja Burgos, Colección Banco de España, Col.lecció d´Art Contemporani y Col.leccio Testimoni La Caixa, IVAM, MACBA. MNCARS, Museo Patio Herreriano de Valladolid, CAC de Málaga, entre otros.

https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/victoria-civera-bajo-piel
https://es.wikipedia.org/wiki/Victoria_Civera

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