Perteneciente a una familia de inmigrantes mejicanos nació y se crió en Los Ángeles (California) en 1946. Su abuela era una curandera que influyó profundamente en su producción que puede identificarse claramente como perteneciente a la cultura chicana.

A Judy Baca, hoy famosa por sus murales, no se le permitió hablar en español en la escuela primaria, ya que estaba prohibido, por lo que como medio de expresión decidió asistir a clases de arte compaginándolo con los otros estudios. La creación artística, lejos de los lenguajes hablados y escritos, contibuyó de manera decisiva en la forma de comunicar de aquella pequeña estudiante que de esta manera desarrolló una enorme sensibilidad. Con el apoyo de un profesor de arte comenzó a dibujar y pintar y más tarde asistió a la Universidad Estatal de California, Northridge (CSUN) donde se licenció en 1979.

«Me dije a mí misma, si consigo exponer en una galería, quienes van allí? La gente de mi familia no acudido en toda su vida a una galeria. Mis vecinos tampoco … Y no tiene sentido para mí colgar mis obras detrás de alguna pared vigilada.»

Por lo que después de completar la escuela de posgrado, Baca continuó su educación, estudiando el muralismo en el Taller Siqueiros en Cuernavaca, México.judith-baca-prep-la-gran-muralla-de-la-historia-de-california

Proceso de creación de «El gran mural sobre la historia de California)

Consiguió trabajo enseñando en su antiguo instituto, pero su grupo de estudiantes de comportamiento polémico no parecían muy interesados en el arte, comenzó a desarrollar una nueva forma de enseñanza. Para fomentar el trabajo de grupo propuso hacer un mural en una de las  paredes de la escuela y el éxito fue inmediato. Por su carecer reivindicativo Baca estuvo presente en 1970 en la acción pacifista  Moratoria Chicana y aunque su trabajo en el Instituto fue notorio, no impidió que, como represalia, fuera despedida. En el verano de 1970, Baca decidió crear un mural de realización participativa en Boyle Heights. Éste debería incluir imágenes que resultarán familiares a los inmigrantes mejicanos instalados en Estados Unidos directamente implicados en la realización del proyecto.

Pese a todos los problemas de convivencia entre pandillas, más los burocráticos consiguió terminar el controvertido mural, por lo que fue nombrada directora de un nuevo programa de murales en toda la ciudad. En este nuevo trabajo se encontró con el  problema de la censura que su intención era mostrar todos los aspectos de la vida en los barrios.

La memoria de nuestra tierra (2000)

Pionera del arte público, su primer gran proyecto fue la Gran Muralla de Los Ángeles. Básicamente se trata de una zanja que contenía un gran muro de contención de hormigón. Su idea versó sobre la historia de la ciudad de Los Angeles, inspirándose en la obra de los tres  muralistas mexicanos más influyentes: Diego Rivera , David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

«Hacer un mural es como una gran producción de la película, que puede implicar 20 juegos de andamios, cuatro camiones, y comida para 50 personas.»

Paralelamente a su actividad como profesora en la Universidad de California, en 1998, se desempeñó como artista principal en la residencia Diálogo Cívico en la Universidad y en 1996 creó La Memoria de Nuestra Tierra para el Aeropuerto Internacional de Denver. Éste es el proyecto más personal de Baca, ya que muestra cómo sus abuelos huyeron de Méjico durante la revolución mexicana y llegaron a Colorado.