María Pérez i Peix nació en Barcelona en 1879. Conocida también como Telur o Haydé de Telur, fue hija de una familia de la alta burguesía catalana, recibió la formación que recibían todas las mujeres de clase alta de la época, centrándose sobre todo en la música.

Sin embargo, fue una mujer culta alejada de los estándares de su tiempo, tanto en lo que se refiere a su manera de vestir como de entender la vida. Además de escultora, era deportista, vestía con pantalones y colores claros y se teñía el pelo de rubio.

En septiembre de 1906 se casó con Eugeni d’Ors en Barcelona, con la oposición de su familia, que no quería que se casara con un escritor. El matrimonio, que era la pareja intelectual de moda del momento, viajó ese mismo año a París, donde María Pérez conoció a Auguste Rodin. En 1910 se instalaron en la capital francesa y pudo consolidar su amistad con el escultor francés.

Pese a que en un primer momento había recibido formación musical, fue su marido quien le animó a dedicarse a la escultura porque, según dicen, la música no le dejaba concentrarse. Discípula de Josep Clarà, los primeros años hizo sobre todo bustos de su familia, de sus hijos, hermanos y amistades. Firmaba sus obras con el seudónimo Haydée de Telur o Telur para esconder su identidad, ya que no estaba bien visto que una mujer de la alta burguesía firmara con su nombre.

Entre 1910 y 1930 la familia vivió a caballo entre Barcelona, Madrid y París, ciudades donde la escultora pudo conocer de primera mano los museos más importantes, analizar sus esculturas y establecer amistad con otros artistas como Miguel Utrillo.

Cabeza de La bien plantada (1929)

En 1929 esculpió una de sus obras más conocidas, la cabeza de La bien plantada, ideal clásico mediterráneo que representa a la mujer catalana joven, sana y fuerte que su marido había inventado y que ya desvelaba la influencia de la escultura griega.

Dos años más tarde se separó de Eugeni d’Ors, a partir de ese momento vivió de las rentas familiares, lo que le permitió dedicarse a la escultura, de nuevo a la música y a sus tres hijos, Álvaro, Juan Pablo y Víctor. Durante estos años hizo la serie de esculturas De la moda (1935), compuesta por ocho pequeñas figuras de terracota policromada de las cuales hizo una tirada en bronce, que actualmente están en colecciones privadas. Eran figuras de cuerpo entero cercanas a las tanagres griegas, alejadas del clasicismo y más estilizadas, especialmente, del modelo femenino promovido por el Novecentismo. De la serie ha destacado La argentina (1932), por la simplificación de las formas del traje de la bailaora, por la textura que trabajó sobre la superficie y por la atención que puso al movimiento.

Maternidad I (1941)

En los años treinta expuso repetidamente en las Galerías Layetanas de Barcelona. Presentó una veintena de obras, entre las que destacaba la titulada L’argentina. Unos años más tarde, volvió a mostrar su obra en la sala barcelonesa, como también en el Lyceum Club de Madrid, lugar de encuentro de las intelectuales del momento.

Entre 1941 y 1950 trabajo sobre las maternidades y figuras en grupo de formas volumétricas y envolventes, que representaban momentos íntimos como el abrazo entre una madre y su hijo. Entre ellas se ha destacado la primera de ellas, Maternidad I (1941).

Aunque la obra que dejó es pequeña en número, una treintena de piezas, no lo es en calidad. En el terreno personal el del María y Eugeni fue el primer divorcio de la República, llevado por el despacho Garrigues. Los tres hijos se colocaron al lado de la madre ante las infidelidades paternas, y, aunque no hubo ruptura total, las relaciones afectivas se distanciaron considerablemente. Cabe destacar que María es la abuela de la también escultora Esperanza d´Ors.

Maria Pérez Peix murió en Vilanova y la Geltrú el 5 de diciembre de 1972.

https://ca.wikipedia.org/wiki/Maria_P%C3%A9rez_i_Peix

https://www.laescena.es/tres-lecciones-de-danza/