María Izquierdo


María Cenobia Izquierdo Gutiérrez nació en Jalisco (México) en 1902, un lugar de peregrinaje que se llena de devotos en espera del milagro. A los cinco años de edad perdió a su padre, por lo que desde pequeña su educación fue delegada a sus abuelos, hasta que su madre se casó nuevamente. Probablemente desde su educación familiar emerge la fuerza libertaria que desarrolló como artista.

Autorretrato (1947)

En 1927 ingresó en la Academia de San Carlos perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México, pese a que la Academia ya contaba con alumnas desde fines del siglo XIX, y del criterio de apertura que inauguraron las Escuelas de Pintura al Aire Libre, el establecimiento de una carrera independiente por parte de la mujer fue por mucho tiempo un objetivo difícil de lograr. También se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Pese a su incipiente carrera, desde muy joven fue persuadida por su familia para contraer matrimonio con el militar Cándido Posadas, con el que se casó y tuvo tres hijos.

Sus primeras obras, muestran el entorno más inmediato: retratos de familiares y amigos, naturalezas muertas y paisajes, precisamente los paisajes revelan el contexto en el que la artista se desenvolvió; desde su infancia en el entono rural hasta la vida adulta en la Ciudad de México. María, con este viaje hace un retrato de un país en plena evolución económica y social, en algunas de sus obras aparecen incluso algunas industria, en 1930 trabajó con el tema de la cementera La Tolteca, con la que participó en un concurso artístico convocado por la misma empresa y que le otorgó una mención honorífica especial del jurado.

Alegoría del trabajo (1936)

Fue la primera pintora mexicana en exponer sus obras fuera de sus fronteras, concrétamente en 1930 en el Art Centre de Nueva York con obras clasificadas dentro del arte posrevolucionario. Sus pinturas tienen importantes vínculos con el arte de vanguardia, pero en el contexto de su país renunció a mostrar una historia anecdótica y representar la figura del mestizaje. En lugar de esto, utilizó colores brillantes y fuertes, que forman atmósferas sombrías en tonalidades ocres y terrosas, por lo que también es actualmente considerada como pintora primitivistas. En muchas de sus obras reinterpretó las tradiciones mexicanas y creó atmósferas sobre los objetos populares.

En 1936 el poeta Antonin Artaud comentó “Incuestionablemente María Izquierdo está en comunicación con las verdaderas fuerzas del alma india”.

Las pinturas de María contienen una iconografía variada ya que incluye naturalezas muertas, autorretratos, retratos, bodegones, altares de dolores, escenas de circo entre muchas obras. Una de las principales características de su obra es la reiteración de la figura femenina en muy diversos escenarios.

Durante la década de los treinta, formó parte de un grupo contra fascista. Coordinó carteles revolucionarios, participó como miembro activo de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarias y contribuyó en la causa de la expropiación petrolera realizando una subasta de arte mexicano. En esa misma década dio una conferencia por radio titulada «La mujer y el arte» donde analizó el papel de las mujeres en dicho contexto. En ese texto estableció los límites y las condiciones de posibilidad de la mujer posrevolucionaria, denunciando la opresión en la que viven las mujeres. Posteriormente escribió para la revista Hoy varios textos donde puso de manifiesto la problemática de la mujer artista. María pensaba que la mujer pintora se enfrentaba con una doble discriminación, por un lado la de los pintores que vieron en ella una “competidora estorbosa e inferior que atacan venenosamente” y por el otro se vio obligada a luchar con las mujeres conservadoras que se convirtieron en sus enemigas porque imaginan que la artista se había situado en el mundo masculino de la bohemia, el desorden, el anarquismo y el libertinaje.

Es un delito ser mujer y tener talento

Maternidad (1944)

María Izquierdo es considerada una de primeras artistas feminista, sus obras muestran a la mujer como figura protagonista de maternidades, retratos, y en la década de los cuarenta representó mujeres desnudas, arrodilladas y atadas a columnas en espacios metafísicos y atemporales rodeados de lunas y estrellas. Estas mujeres muestran una gestualidad dolorosa y de desesperación, que coinciden en el tiempo con la ruptura de su relación amorosa con el pintor Rufino Tamayo.

La imagen que Izquierdo representa de la mujer es muy diferente a la que quiere reflejar el arte del México posrevolucionario, donde la mujer se asocia constante a la idea de madre, maestra y patria. En su lugar, se atrevió a representar el silencio, el dolor y la melancolía, tal como ocurre en “Alegoría del trabajo”, donde una mujer desnuda y desesperada se inclina y se cubre el rostro con las manos en un paisaje de colinas rojas y doradas. En segundo plano se encuentra una figura masculina que semeja una deidad, aparecen también rayos de fuego disparadas por una esfera que se extienden por el todo el paisaje, el título y la iconografía de la obra no son un misterio, la idea queda suficientemente clara.

En 1945 fue contratada para realizar un mural sobre la historia de México en el departamento del Distrito Federal, pero cuando ya estaba trabajando en los bocetos, recibió un mensaje en el que se comunicaba la cancelación del encargo. Se argumentaron razones técnicas, sin embargo está documentado que anteriormente se había celebrado una junta secreta donde Siqueiros, Orozco y Rivera le pidieron a Javier Rojo Gómez cancelar el proyecto, argumentando que una mujer no tenía las cualidades físicas necesarias para realizar trabajo mural. Afortunadamente no todo se perdió ya que actualmente se conservan los bocetos de este proyecto. Izquierdo denunció públicamente los hechos, pero de nada sirvió.

Las aportaciones de Izquierdo a la situación de la mujer fue determinante, se atrevió a acusar la hegemonía cultural del momento en México.

El Circo (1939)

https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Izquierdo_(pintora)

Frida Kahlo y María Izquierdo se cuentan entre las primeras artistas que rompieron con las restricciones impuestas por una sociedad machista en la que las actividades de la mujer estaban tradicionalmente confinadas a los roles de esposa, madre y ama de casa. Cuando se vislumbraba que su batalla había sido ganada y ya era considerada una reconocida artista que inclusive gozaba de éxito comercial, lo que en aquellos años era un triunfo insólito, sufrió una hemiplejia que le paralizó el lado derecho del cuerpo y perdió el habla. Comenzó un declive físico que culminó con su muerte en 1955, provocada por una embolia.


Una respuesta a «María Izquierdo»

  1. […] En 1932 regresó a las bellas artes como profesora de arte para la Secretaría de Educación Pública.​ Allí comenzó a conocer a un número significativo de artistas del momento, entre las que se encontraba María Izquierdo.​ […]

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