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Mercedes Martínez Meseguer


Mercedes Martínez Meseguer nación en Murcia en 1950
Se gradúa en Artes Plásticas, en la especialidad de decoración en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia.
Se forma en Madrid con el pintor Alfonso Albacete entre 1981 y 1983.
En 1983 crea su Taller de plástica, pionero en el marco regional, orientado a desarrollar la capacidad creativa del niño.
Éste taller cumplía tres funciones: su propia casa, estudio y taller de pintura y escultura para niños. No había separación entre los tres. Estaba junto al mercado de Verónicas, en pleno corazón de la ciudad de Murcia. Una vieja construcción (actualmente remodelada) de techos altos y suelo ajedrezado, con cristaleras y una luminosa galería interior. Era el tema recurrente de su trabajo. Mercedes pintaba una y otra vez la casa desde muy diferentes ángulos. Pinturas que hablan de pintura: metapintura.
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En educación infantil fue pionera fomentando la creatividad en los más pequeños, visitando exposiciones y museos donde los niños pintaban o reinterpretaban las obras vistas y -al final de cada curso- exponían los trabajos en lugares como el Colegio de Arquitectos o la Fundación Caja Murcia. Sólo desde la perspectiva de una creadora, de una pintora como Mercedes, se comprende la labor educativa tan avanzada que tuvo.
La filosofía del taller la dejó escrita la pintora en los numerosos apuntes y anotaciones. Mercedes siguió las teorías de los profesores y educadores Viktor Lowenfeld o Elliot Eisner que definieron teorías aún vigentes en el campo de la educación artística. Ella llevó a la práctica todo lo aprendido ofreciendo en sus clases (y citamos literalmente a Mercedes): libertad para enfocar los trabajos según el criterio de cada chico; conocer los materiales plásticos y su utilización; introducirlos en el conocimiento del arte actual con visitas a Museos; situarlos ante temas que tengan varias soluciones; conocer nuevas tecnologías…
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Las teorías de Mercedes siguen vivas. Ya nadie duda de la importancia de la educación plástica en la infancia y de sus innumerables beneficios.
Tiempo después de la apertura de la academia, se unió su hermana Pilar. Ella se dedicaba a la clase de modelado en barro.
 
La pintura de Mercedes es íntima y ‘doméstica’, representando el oficio de pintora; una pintura serena dicha en voz queda.
El caso de Mercedes Martínez Meseguer es singular pues muestra esa dualidad entre pintora y educadora.
Los últimos años de Mercedes fueron de lucha contra el cáncer. Sin embargo nunca perdió la capacidad de trabajo y la viva inquietud por la pintura.
 
NOTA:
Texto gentileza de Rafael Fuster Bernal

 


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