Elizabeth Lee Miller nació en 1907 en Nueva York. Su padre, de ascendencia alemana era muy aficionado a la fotografía e introdujo a Lee desde muy pequeña tanto en la técnica como en la posición de modelo fotográfica, a menudo desnuda con poses sexualmente explícitas. A la edad de 7 años fue violada por un amigo de la familia, con la terrible agresión sexual empezó a desarrollar extraños síntomas hasta que finalmente se descubrió que su agresor le había contagiado la gonorrea. A partir de ese momento y durante varios años, su madre tuvo que aplicarle curas. John, su hermano mayor, recordaba cómo durante aquellas curas podía escuchar llorar a la niña desde el otro lado de la puerta. El dolor, la vergüenza y el miedo se convirtieron en las notas dominantes de la nueva y desdichada vida de la futura fotógrafa. Desde entonces apareció una sombra permanente que se manifestó en todas sus relaciones de pareja.
Poseedora de una belleza muy acorde con la época, siendo una adolescente y de camino a clase por Manhattan un transeúnte evitó que muriera atropellada por un taxi. Su salvador y descubridor resultó ser Condé Nast, fundador de la revista Vogue y a los 20 años Miller apareció en la portada de su revista. Desde ese momento fue una de las modelos más cotizadas. El escándalo la sacudió cuando su imagen apareció anunciando un producto de higiene íntima ya que era la primera vez que una mujer posaba para anunciar compresas. Sin embargo, el disgusto inicial de Lee pronto se transformó en orgullo porque pese al enorme revuelo que se había organizado, terminó sintiéndose satisfecha por el papel que había cumplido en la causa feminista apareciendo en aquella campaña. Desde entonces su breve carrera no volvió a ser la misma y como consecuencia decidió pasarse al otro lado de cámara.
En 1929 se trasladó a París y consiguió trabajar como asistente de Man Ray que la convirtió en su musa. Avanzó velozmente en su aprendizaje y reunió bagaje técnico suficiente para convertirse en una auténtica fotógrafa profesional con personalidad propia. En ese periodo muchas de las fotografías tomadas por Lee fueron falsamente atribuidas a Man Ray, de la misma forma, el descubrimiento de la técnica de la solarización fotográfica a partir de ensayos en los que Miller participó activamente, ha sido injustamente reconocida en algunos medios como de Man Ray, Miller fue perfeccionando esa nueva técnica convirtiéndose en una auténtica experta. Por otra parte, sus imágenes ingeniosas y humorísticas la conectaron con el círculo Surrealista en el que se encontraban Pablo Picasso, Paul Eluard y Jean Cocteau, entre otros y que, por su experiencia como modelo, se convirtió en la musa oficial de aquella generación.
Tras terminar su relación con Ray regresó a Nueva York y en 1934 se casó con Aziz Eloui Bey fijando su dirección en Egipto donde curiosamente, pese a haberse retirado oficialmente de la profesión y estar alejada del mundillo artístico, fue donde realizó algunas de sus más famosas fotografías.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial el director de Vogue le encargó reportajes centrados en la contribución femenina al esfuerzo de guerra británico, Lee comenzó a elaborar artículos en los que no solamente ejercía como fotógrafa sino donde también escribía textos. Cuando Estados Unidos, tras el bombardeo de Pearl Harbor, se incorporó a la guerra de Europa, las excelentes crónicas de Miller le valieron una de las escasas licencias como corresponsal oficial de guerra que concedía la US Army. Recorrió Francia fotografiando el asedio de Saint Malo, la liberación de París, la batalla de Alsacia y el horror en los campos de concentración de Buchenwald y Dachau, entre los muchos horrores de la guerra. Retrató también prisioneros que pedían clemencia después de una paliza, niños moribundos, cadáveres de todas las edades y condiciones, desde bebés hasta antiguos colaboracionistas o miembros de los regímenes locales que se habían suicidado para evitar las represalias. Pero pese a la dureza extrema de las imágenes nunca abandonó su mirada de artista.
Lee Millery la bañera de Hitler (1945)
En 1947 se divorció de Aziz Eloui Bey y se casó con Roland Penrose Al tener su hijo abandonó casi por completo su actividad, su nombre perdió resonancia y vivió el resto de su vida en Inglaterra como elegante consorte de afamado artista, curiosamente en esa época fue conocida como la elegante Lady Penrose.
Lee Miller murió de cáncer en 1977, a la edad de 70 años, en su casa de campo de Inglaterra.
Deja una respuesta