Nació en 1755 en París en el seno de una familia humilde pese a la reputación que gozaba su padre como retratista con la técnica del pastel. Su hermano Étienne, tres años menor que ella, también mostró talento como escritor. De su padre, Louis Vigée, recibió sus primeras lecciones, aunque se benefició más de los consejos de Gabriel François Doyen, Jean-Baptiste Greuze, Claude Joseph Vernet y otros maestros de la época. A los 12 años perdió a su padre en una operación médica fallida.

 Autorretrato (1790)  Galleria degli Uffizi (Florencia)

Durante su adolescencia pintaba ya retratos de manera profesional. Comenzó pintando a su propia familia: a su madre, a su hermano Etienne y a su padrastro, Jacques-François Le Sèvre.​ Su madre, Jeanne Massin, por circunstancias económicas volvió a casarse con un hombre con el que la pintora no tenía buena relación. Animada por su madre para que continuara con la pintura a los 15 años Louise tenía su propio estudio.

Cuando su estudio fue embargado por pintar sin licencia, buscó afiliarse a la Académie de Saint Luc, que sin saberlo exhibió sus cuadros en su Salón. El 25 de octubre de 1774 ingresó en la Real Academia de Pintura y Escultura.

En torno al año 1774 conoció a Jean-Baptiste Pierre Lebrun, pintor y comerciante de arte vecino suyo, con quien se casó dos años después. Su marido, explica también en sus escritos, resultó ser un mujeriego, adicto a los juegos de azar y prostitutas además de gastar el dinero que ella ganaba. Pero su propia experiencia profesional y el estudio de la colección de maestros antiguos y grabados que Juan Baptiste tenía, le ayudaron a ampliar sus horizontes artísticos y perfeccionar su técnica.​

Pintó los retratos de muchos de los miembros de la nobleza francesa y conforme avanzaba su carrera, a la edad de 23 años fue invitada a Versalles para pintar a la reina María Antonieta.​ La reina quedó tan complacida con el trabajo de Vigée-Lebrun, que recibió el encargo de pintar más retratos, tanto de ella misma como de los príncipes y de numerosos nobles.​

Autorretrato con su hija (1789) Museo del Louvre (París)

Viajó a los Países Bajos para profundizar en el estudio de los maestros flamencos, en especial en la obra de Pedro Pablo Rubens, que fue una influencia permanente en su arte. Allí pintó los retratos de algunos nobles y del Príncipe de Nassau.

El 31 de mayo de 1783 fue aceptada como miembro de la Académie Royale de Peinture et de Sculpture como pintora de alegorías históricas. Adélaïde Labille-Guiard, su principal rival, fue aceptada el mismo día. Anteriormente los académicos se opusieron a su admisión argumentando que su esposo era un tratante de arte, pero una orden del rey fijó la decisión una vez que María Antonieta presionó a su marido en favor de la pintora. La admisión de dos mujeres en un mismo día suscitó comparaciones entre ambas.

Tras la detención de la familia real durante la revolución francesa en octubre de 1789 Vigée Lebrun identificada como monárquica, huyó de Francia con su hija Brunette, de 9 años iniciando doce años de exilio viajando primero a Italia, después a Austria y Rusia. ​ Su experiencia en tratar con clientes de la aristocracia le resultó muy útil. En Roma sus pinturas fueron aclamadas por la crítica y fue recibida en la Academia di San Luca.

María Antonieta y sus hijos (1787) Musée National des Châteaux de Versailles et de Trianon (Versalles)

En Rusia pintó a numerosos miembros de la familia de Catalina la Grande. Durante su estancia Vigée Lebrun fue nombrada miembro de la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo.

Finalmente regresó a Francia durante el reinado del emperador Napoleón I. Solicitada por la élite de Europa, viajó a Inglaterra a principios del siglo XIX y pintó los retratos de varios notables británicos incluyendo a Lord Byron. En 1807 viajó a Suiza y fue nombrada miembro honoraria de la Societé pour l’Avancement des Beaux-Arts de Ginebra. A instancias su una amiga, la condesa Dolgoruki, Vigée Lebrun publicó sus memorias en 1835 y 1837, en donde muestra una interesante perspectiva de la formación de los artistas del final de la época dominada por las academias reales.

Todavía siendo muy activa a partir de sus 50 años, compró una casa en Louveciennes, Île-de-France. Vivió en ella hasta que el ejército prusiano la tomó durante la guerra de 1814. Vivió en París hasta su muerte el 30 de marzo de 1842. Nunca volvió a casarse. Su cuerpo fue llevado de vuelta a Louveciennes donde fue enterrada en un cementerio cerca de su antiguo hogar.

Retrato de Lord Byron (1802) Colección particular 

En su lápida se lee el epitafio “Ici, enfin, je repose…” (Aquí, al fin, descanso…).

https://es.wikipedia.org/wiki/Marie-Louise-%C3%89lisabeth_Vig%C3%A9e-Lebrun