Ruth Montiel Arias nació en Palmeira (A Coruña) en 1977. Graduada en Artes aplicadas en la Escuela Superior de arte y diseño Pablo Picasso. Ha realizado másters de fotografía (EFTI) e Identidad Corporativa (Escuela Elisava) y fue becada para la Creación Artística en el Extranjero Gas Natural Fenosa 2015.
Fue una de las impulsoras de la asociación Capital Animal, una plataforma dedicada a organizar proyectos culturales en defensa de los animales. El activismo, fundamentalmente el que tiene que ver con los derechos de los animales y la defensa del medio natural, es la base del trabajo de Ruth Montiel Arias
Mis comienzos son muy recientes. Aunque durante los 2000 ejercí algunos trabajos más relacionados con la pintura, no fue hasta aproximadamente el 2010 cuando retomé la comunicación a través del arte contemporáneo y decidí involucrarme a tiempo completo. Escoger la “esfera artística” como medio de expresión ha sido determinado más por los caminos que se me presentaban que por una clara decisión personal. Al utilizar códigos artísticos para manifestar las problemáticas sociales, ambientales y animales, comprobé que hay una demanda real de las mismas por el público, y no solo el especializado. Quizá haya una necesidad de ver representadas inquietudes similares, pero desde un lugar diferente y con un cierto reconocimiento.
In The Depth Of Space 2050 (2020-2021)
Su caso prueba que en el arte también puede darse el mecanismo acción-reacción y que la creación puede incidir en quien la contempla de un modo más efectivo.
Ese objetivo es el que busca la artista coruñesa al abordar los temas que le interesan: La relación del animal humano con el espacio natural y sus consecuencias, tanto las que afectan a los individuos como al propio espacio desde el ámbito político, social, simbólico e incluso generacional, y la relación del animal humano con el animal no-humano y la explotación que el primero ejerce sobre el segundo. En ambos casos, y entre las múltiples capas de lectura que tienen mis obras, en el ADN de todo mi trabajo está la presencia de códigos utilizados como herramienta activa por un cambio.
El posicionamiento de Ruth en esos asuntos, presentes siempre en su obra de forma más o menos explícita, es claro, y en ningún momento busca ocultar sus planteamientos a quien la contempla, pero la potencia de su mensaje no está en ningún momento reñida con una estética elegante y cautivadora patente desde el primer vistazo, y en su caso, nada superficial.
Callejeras (2022-2024)
Su proyecto “Sonidos para una utopía” fue clave en su trayectoria, descubrió a muchos la existencia de santuarios de animales, mientras que “Máscaras para los ilustres” sobre la tragedia del Prestige, una propuesta que suscitó controversias por su evidente intención crítica, en “Agua, veneno, caminos” se inspiró sobre la catástrofe nuclear ocurrida en Fukushima en 2011 y cómo la empresa Tepco, dueña de la central nuclear, fue totalmente responsable, y por último en “Sin oro no hay hombre” la artista ha realizando entre Sudáfrica y Perú sobre la explotación minera en los dos países donde se encuentra la mayor producción a nivel mundial. Conecto por un lado donde comienza la existencia del Homo sapiens, primer exportador de este material, y del otro donde los pobladores llevan luchando más de 500 años para expulsar al colono que viene en busca del preciado mineral.
Ruth Montiel ha estado presente en muestras individuales o colectivas en la Galería Cero, el Kulturmodell de Passau, la Antigua Capilla de la Beneficencia en Logroño, la Sala de Exposiciones de la Diputación de Lugo, Matadero Madrid, la Galería Liebre o la tristemente cerrada La New Gallery entre otros.
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