Paz Muro nació en Cuenca en un fecha sin concretar de la década de los años 30, de ascendencia francesa fue hija póstuma de un ingeniero de montes, fue educada en un ambiente femenino, liberal y culto.

La artista heredó, a través de las excursiones que organizaba su madre, el conocimiento de las minas y accidentes geológicos conquenses que fueron decisivos para el inició de su trayectoria artística, que no estuvo marcada por el rigor académico, sino por los acontecimientos biográficos que, entrecruzados, le hicieron decidirse por la creación visual.

Recibió formación sobre pintura en una academia local a la que se sumó el contacto durante la década de los cincuenta con los artistas de la vanguardia abstracta que se asentaron en Cuenca, como como Fernando Zóber o Eusebio Sempere.

Posteriormente, se desligó del trabajo pictórico que ella misma describió como lienzos de tendencia geométrica, que aún sin llegar a abandonarse totalmente a la abstracción, incluían puertas y piezas móviles. A comienzos de la década de los setenta, también en Cuenca conoció a artistas de su generación como Nacho Criado, con quien llegó a colaborar en alguna obra, y con Luis Martínez Muro que realizaban un arte de acción y de participación. Su transición desde el interés por el arte cinético a un arte de acción, fue sólo cuestión de tiempo. A finales de los años 60 abandonó definitivamente la pintura en favor de la experimentación interdisciplinar, camino que no abandonó hasta finales de los años 80 abarcando fotografía, cine, pequeños objetos cercanos a la poesía visual, libros de artista y, sobre todo, happenings y acciones. La naturaleza efímera y procesual de la mayoría de estas piezas, junto a ciertos avatares vitales de la artista, dieron como resultado queapenas se conserven obras físicas, también coincide que, sl igual que muchos artistas de su generación, Paz Muro nunca se preocupó por el registro de sus Acciones.

Libro Blanco, geometría de la paz (1972) 

Libro realizado durante el happening y quemado al final.

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

En los años setenta participó en las Jornadas Nacionales por la ”Liberación de la Mujer”  y realizó “Proyecto imposible de localización” y “Análisis de las señales de prohibición situadas en el territorio nacional”. A diferencia de otros autores, Paz Muro no exigió una participación en la escena pública y social, sino que ocupó de forma natural, a veces cándida, dicho espacio, como si desairara las circunstancias políticas y sociales del país en el que vivía, como si pudiera salir indemne ante las posibles consecuencias de sus manifestaciones. En un happening denominado “Libro blanco geometría de la Paz “ de 1972 realizado en un Colegio Mayor femenino dirigido por religiosas de Madrid, puso a prueba la censura y las prohibiciones desvelando públicamente opiniones y pensamientos del público asistente.

Su obra “Influencia cultural y nada más que cultural, de la mujer en las artes arquitectónicas, visuales y otras” supuso un importante catálogo de fotografías, tomadas por la artista en colaboración con Pablo Pérez Mínguez, de esculturas madrileñas que utilizaban el cuerpo femenino como alegoría. Paz Muro colaboró en proyectos con otros artistas, que siempre, es preciso indicarlo, fueron varones como Alberto Corazón y Nacho Criado, con los que participó de los “Encuentros de Pamplona” de 1972, que constituyeron el punto de inflexión en el devenir artístico nacional en los últimos años del franquismo, además de señalar el fin simbólico de la etapa de dominio de la pintura informalista y la abstracción, asumida y utilizada por la política cultural oficial, como pudo verse en la exposición que con ese mismo título pudo verse en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. Aquellos encuentros que supusieron un hito y un revulsivo en su obra, aunque Paz ya había tenido la experiencia de salir de España, pues había pasado temporadas viviendo en Marruecos, el Reino Unido y también había viajado por Europa, especialmente por Italia, por lo que conocía de primera mano las actividades artísticas que se producían fuera de nuestras fronteras, también a través de medios escritos como Flash Art, precisamente ésta fue su primera participación en un evento artístico internacional.

En el 2012 el MUSAC de León organizó la exposición “Genealogías Feministas en el Arte Español 1960 -2010” en un claro reconocimiento a las artistas españolas que durante décadas fueron invisibilizadas. En la muestra pudo verse la pieza de Paz Muro “William Shakespeare / Corín Tellado” de 1974 que trata sobre el problema del papel de la mujer artista a lo largo de la historia y la historia del arte como sujeto creador activo.

William Shakespeare / Corín Tellado (1974)

La obra de Muro se centra en temáticas de género y crítica social de los estereotipos creados en torno a la feminidad, también mirada desde un punto de vista político ligado al contexto social pero no fue una artista militante, ni sus obras poseen un claro contenido antifranquista, como sí ocurrió con el trabajo de otros artistas relacionados con lo que se denominó «conceptualismo ideológico», pero sí demostró una actitud de continuo desafío a las estructuras de poder establecidas, ya fueran estatales, sociales o artísticas.

En el 2020 le ha sido concedida la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.

https://www.unizar.es/artigrama/pdf/26/3varia/13.pdf