Nina Karasek (Joële)


Kuttenberg Bohemia Central, República Checa, 1883 – 1952 Viena (Austria)

Se sabe poco de la vida de Nina Karasek. Nació en 1883 en Kuttenberg en la región de Bohemia, y estudió arte en la Kunstschule für Frauen und Mädchen (Escuela de Arte para Mujeres y Niñas) de Viena. Hasta la década de 1920, trabajó como paisajista y pintora de género en Viena. Sus obras, de estilo convencional, se exhibieron en diversas exposiciones.

Cuando, a los 44 años, se dedicaba a copiar una obra de Rembrandt en un museo italiano, cayó en un estado de consciencia alterado. Según su testimonio el propio Rembrandt se le apareció, tomó posesión de su brazo, e inmediatamente su mano comenzó a dibujar algo muy distinto de lo que pretendía.

Schwarze Sterne (1945)

A partir de entonces y durante el resto de su vida, Nina Karasek mantuvo un contacto «sobrenatural» con una serie de grandes maestros como Rembrandt, Durero, Goya, Rafael, Leonardo, Klimt y otros. Bajo su guía e inspiración, dibujó y pintó obras «al estilo» de los maestros. Pero muy pronto sus obras se volvieron estilísticamente cada vez más libres, mostrando una enorme gama de expresión creativa, que abarcaba desde motivos simbólicos y alegóricos hasta imágenes desconcertantes con un fantástico arsenal de figuras y personajes íntimos, signos y símbolos, pasando por bocetos frenéticos y gestuales, y composiciones abstractas. A partir de entonces, firmó a menudo sus obras con su esotérico «nombre primordial»: Joële.

Sin título (1945)

Nina Karasek vivió en un completo aislamiento. Casi todo lo que sabemos de su vida lo ha anotado en el reverso de sus dibujos: a veces, apuntes diarios sobre sus terribles condiciones de vida durante la Segunda Guerra Mundial, pero a menudo, explicaciones extrañamente impenetrables de los motivos representados, a menudo tan fascinantes y misteriosos como los propios dibujos.

En sus obras y notas se despliega una apasionante cosmología y mitología privadas, un drama de poderes y principios ocultos que fluyen tanto en el macrocosmos como en el microcosmos. Plasmó figuras y escenas etéreas, energía y vibraciones invisibles, jardines alegóricos con mujeres en comunión espiritual, jeroglíficos, signos y símbolos esotéricos, bocetos alucinatorios y hermosas composiciones abstractas.

Llevó una vida completamente aislada en un huerto familiar en Ober Sankt Veit, Viena, ciudad en la que falleció en condiciones de extrema pobreza.

Una feliz coincidencia sacó a la luz la obra de Nina que a día de hoy se la reconoce entre las artistas mediúmnicas más impresionantes. Poco después de su descubrimiento sus obras encontraron lugar en galerías y grandes colecciones internacionales.

https://mediumistic.art/artists/37-nina-karasek


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