Madrid 10 de marzo de 1899 – 6 de noviembre de 1979 ib.

Paula Millán Alosete nació en 1899 en la madrileña calle Atocha, donde pasó su infancia junto a sus tres hermanas, con lápices y tizas, heredando el arte de su padre, Mariano Millán Velasco, pintor y escultor acreditado, restaurador y dibujante de la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Medicina de Madrid.
Paula era completamente sorda, pero supo hacer de esta realidad un problema menor gracias al ambiente cultural en el que creció, rodeada continuamente de estímulos artísticos, acudiendo a la Escuela de Cerámica de La Moncloa, en Madrid. De la Escuela de Cerámica pasaría a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde aprendió a trabajar con distintas técnicas como la acuarela, óleo, temple, xilografías y entelados para pared.
En 1917 obtuvo premio, previa oposición, en Enseñanza Artísticoindustrial de la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer.

Casa de Campo (s/f)
En 1925 realizó su primera exposición en el salón permanente del Círculo de Bellas Artes, donde expuso cincuenta obras, que significó un triunfo para Paula Millán, recibiendo además la visita de la Infanta doña Isabel, que felicitó a la artista por la belleza de sus obras. Desde entonces se sucedieron las exposiciones y participaciones.
En 1933 ganó la oposición como Auxiliar artístico del Real Jardín Botánico de Madrid, plaza que ocupó hasta su jubilación en 1969 y que le permite colaborar con los más destacados botánicos del momento, aportando con sus dibujos y pinturas a mantener el nivel científico de la botánica española.
El Director del Real Jardín Botánico le dedicaría una especie nueva de Marruecos, en agradecimiento por los excelentes dibujos que realizó de la flora endémica española y en otros muchos trabajos.

Real Jardín Botánico (1951)
En el XXXII Salón de Otoño de 1962 consiguió la Tercera Medalla de la sección de Acuarela y entró a formar parte de la Junta Directiva de la Agrupación Española de Artistas Grabadores, quienes la conocieron destacaron su bondad, espíritu afable y respetuoso, y la tremenda meticulosidad en lo concerniente a su labor profesional.
Solía trabajar con plumilla y tinta china sobre papeles hechos a mano, con marga de agua, bastante caros y difíciles de conseguir, destacando por su claridad y limpieza las ilustraciones, de trazo fluido y pulso firme. Sus dibujos presentan un claro estilo anglosajón y en las acuarelas queda clara su sólida formación en bellas artes.
Ya jubilada, Paula, seguía trabajando por encargo en su domicilio de la calle Atocha, 82, de Madrid, donde falleció en 1979.
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