Mari Katayama


Saitama (Japón), 1987

Mari Katayama nació en Saitama en 1987 y creció en Gunma, Japón. Pasó su vida en Gunma hasta que fue a estudiar a la Universidad de las Artes de Tokio, donde obtuvo su M.F.A. en 2012.

En su nacimiento se detectó que padecía Hemimelia tibial, una deficiencia en la que está ausente el hueso más grande de la pierna, por lo que a los 9 años se tomó la decisión de que sería necesario amputar ambas piernas.

Decidí que me amputaran la parte inferior de las piernas porque era una elección entre estar atada a una silla de ruedas por el resto de mi vida, o poder caminar. Yo elegí caminar.

Durante su carrera como modelo ha creado numerosas fotografías de autorretratos junto con objetos bordados y prótesis decoradas usando su propio cuerpo como una escultura viviente. Su creencia es que al trazarse a sí misma se conecta con otras personas y su vida cotidiana puede también conectarse con la sociedad y el mundo.

Inspirado por Botticelli… Katayama en la playa de Naoshima.

Fotografía: Mari Katayama

En 2011 lideró el «High Heel Project”, en el cual lleva zapatos de tacón personalizados, especialmente hechos para las prótesis, con el fin de actuar en el escenario como cantante, modelo u oradora principal.

A medida que avanzó el proyecto para lograr mi objetivo, descubrí a qué se enfrentan los usuarios de prótesis. Los usuarios no tienen la oportunidad de elegir: no solo eligen tacones altos, sino que también eligen usar sandalias, faldas, chaquetas… La gente ni siquiera sabe que PUEDE elegir.

Al crear zapatos para sus pies nuevos se dio cuenta del problema que enfrentan los usuarios de prótesis de pierna. El lema de este proyecto es aprovechar cualquier medio, incluido el arte y el cuerpo discapacitado, para ayudar a expandir la «libertad de elección» de aquellos que lo necesitan desesperadamente.

Fotografía Finn Blythe. 8 de agosto de 2022

Cerca de tres décadas después, ha desarrollado una carrera en la que su cuerpo y obra están íntimamente relacionados. En sus autorretratos explora la identidad –individual y colectiva–, y desafía a quien los contempla, mirándole a los ojos, como si fuera un espejo capaz de generar reflejos en el gesto del otro.

La experiencia física es para ella fundamental. De ahí a que tenga tanto peso en sus imágenes, en las que los tejidos se entrelazan añadiendo incluso más extremidades a su tronco, en posturas y emplazamientos diversos, que incluyen desde habitaciones a paisajes como una playa sobre la que yace tumbada de lado, mimetizada con la arena, con su expresión firme, impertérrita, vulnerable, fuerte y directa. Cargada de dignidad.

En su trayectoria ha recibido diferentes premios como en el 2015 Premio Koichi Watari, Mitsuhiro Yoshitomo, Premio Rina Miyake; en 2012  “Art Award Tokyo Marunouchi y en 2005 Premio de estímulo en «La 8va Bienal de Gunma para jóvenes artistas ’05», entre otros.

https://es.wikipedia.org/wiki/Mari_Katayama

https://www.eldiario.es/cultura/arte/mari-katayama-artista-cuerpo-mutilado-aguja-e-hilo-sacudir-identidad_1_10885640.html


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