Julia Dorado nació en 1941 en Zaragoza. En 1955 comenzó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y en 1965 se tituló en la Escuela Superior de Bellas Artes de Barcelona, obteniendo el título de Profesora de Dibujo.

Antes, en 1963, se había integrado en el Grupo Zaragoza, un grupo artístico pictórico heredero del Grupo Pórtico, cuando comenzó la publicación «Cuadernos de orientación artística» con el arte como elemento de vida. Tras disolverse el grupo, en junio de 1966, marchó a París donde pudo estudiar en los museos la pintura contemporánea francesa y europea, y crear esas nuevas experiencias.

Volvió a Barcelona y trabajó en el taller de litografía de la sección de Artes Suntuarias del Libro de la Escuela de Artes y Oficios y en 1967 terminó los estudios de litografía e inició los de grabado en metal en sus diferentes técnicas.

Llegó a dominar y sentirse cómoda con la línea como recurso compositivo, sobre todo en su etapa como grabadora en Barcelona, tanto en litografía como en calcografía, pero finalmente el devenir artístico le llevó a decantarse por el color y la negación casi absoluta de los contornos y el trazo lineal. Sin duda un acto de valentía y rechazo a la imposición academicista.

Durante un tiempo viajó por diferentes países, y vivió en Italia y en Bélgica.

En su dilatada carrera pictórica se interesó por la abstracción y la figuración, que tomó, dejó o combinó, en varias ocasiones.

Tarde en el jardín (2019)

En la obra de Julia existe una emoción o motor que incita a la creación, un proceso que va encaminado a través de un esfuerzo físico y emocional, pero el resultado es algo completamente impredecible, imprevisto, que no parte de una imagen preconcebida o generada en la mente, sino que se trata de un proceso temporal que finamente se convierte en una imagen, que le devuelve la idea inicial.

En su obra todo se articula a la perfección, en el contexto de una obra sólida, repleta de cambiantes sensaciones y con un impecable sentido del color.

Julia Dorado pone de manifiesto la lucha de una mujer en un mundo dominado por la autoridad patriarcal, con el cometido vital de alzar la voz y gritar que está aquí, que debemos seguir creando obras de arte, producir cultura y participar del arte, los libros y la crítica, desde la sororidad. Que le debemos a Julia como generación sucesora el deber de seguir caminando con la cabeza bien alta, a pesar de que a muchos les pese.

Vista de la exposición en

La Lonja (Zaragoza) en el 2019

Julia, muestra en sus obras una rebeldía que forma parte de su manera de vivir, porque como buena aragonesa, se crece ante la dificultad y ante la oposición se llena de coraje. Las artistas actuales deben a Julia haber pertenecido a una generación que iniciaron un camino rompedor, pero con la cabeza muy alta.

En 2012 recibió el Premio Aragón – Goya, del Gobierno de Aragón, por toda su trayectoria como pintora y grabadora.

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=4769

Extractado de

https://www.yanaiara.com/project/la-pintura-de-julia-dorado/