Nació en Madrid en 1940, en el seno de una familia acomodada, en plena posguerra. Se licenció en Bellas Artes en 1964 en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y desarrolló toda su obra en la ciudad que la vio nacer.

Nací el año de comienzo de la segunda Guerra Mundial. Soy terrícola de Madrid. Pertenezco a la raza humana sentimental y por esos instintos inexplicables que nos dirigen a la elección de nuestros amores, elegí la profesión de artista plástica.

Alejada durante unos años “de los pinceles”, por su dedicación a la familia, reanudó su carrera a principios de los ochenta. Comenzó entonces la búsqueda de un lenguaje propio, proceso que le hizo experimentar sucesivamente diversas técnicas, óleo, acuarela, acrílicos, dibujo, grabado y collage, e indagar en diferentes formas de expresión, desde la figuración a la abstracción.

Hacia 1990, sustituyó radicalmente las técnicas bidimensionales tradicionales por objetos, frecuentemente antiguos o fuera de uso, combinados de una forma significativa, a veces paradójica, nunca aséptica.

Obra 4111 (s.f.)

En esos contextos recreados, incluyó frecuentemente viejas fotografías, de ésas que un día aparecen en el fondo de un baúl, por lo general retratos de seres anónimos; fotografías que actúan como instantes de vida capturada y como emblemas de una memoria individual y a la vez, por su anonimato, colectiva. Esas fotografías fueron tomando poco a poco mayor protagonismo, hasta constituir la base de las obras, manipuladas manualmente primero y con técnicas digitales después.

Su serie de cajas está relacionada con los misterios de la mente y el comportamiento: “¿?”, “Cerebro visual”, “Pirómano”, “Ambigüedad”, “Fragmentos”, “Alzheimer”, “Esquizofrenia” y “Mente”. Este conjunto representa la preocupación por el lado oscuro, irracional e incontrolable del ser humano.

La concesión del premio Ciudad de Alcalá en 1991 y la posterior exposición monográfica celebrada en la Capilla del Oidor, supusieron un gran estímulo para que la artista prosiguiera la exploración de este camino.

Obra 41126 (s.f.)

Antes y después de esa fecha, obtuvo varios premios, entre los que destacó el concedido por la Fundación del Fútbol Profesional, y celebró numerosas exposiciones individuales y colectivas, entre otras: ARCO 85, Centro Conde Duque (1994), Círculo de Bellas Artes (1995), sala de exposiciones de la Comunidad de Madrid (1998), ARCO 99, Galería 57 y Ciudadela de Pamplona (2000) o Centro Cultural Galileo (2003).

Durante los últimos quince años de su vida profesional realizó varias series con las que expresó sus reflexiones sobre los temas psicológicos y sociales que le preocupaban, algunos de carácter más individual, pero incluso éstos generalizados para plasmar problemas y cuestiones que afectan a todos los seres humanos. Series como “Metamorfosis”, “No me abandones”, “Círculos sobre tu imagen”, “La Gran Guerra”…  llevaron a algunos críticos de arte a clasificarla como artista conceptual.

En su proyecto “El paso del tiempo” las obras compartieron las inquietudes de años y años, preocupaciones tan humanas y universales como el envejecimiento, la finitud, la gestión de la memoria, la renovación generacional, la condición femenina, la lucha por una sociedad igualitaria y el anhelo de volver a comenzar.

Obra 41216 (s.f.)

Durante los últimos quince años de su vida profesional supo expresar sus reflexiones sobre los temas psicológicos y sociales que le preocuparon, algunos de carácter más individual, pero incluso éstos generalizados para plasmar problemas y cuestiones que afectan a todos los seres humanos.

Resulta esclarecedor que, siendo una artista que pareció volver continuamente la vista a imágenes del pasado, lo hizo siempre con una gran consciencia del presente, del lugar al que llegó, y que para ello, de modo simbólico, en su última etapa, abrazó la era digital.

Debido a las dificultades cardíacas que había sufrido durante toda su vida, Pilar Lara falleció en el 2006 tras una operación quirúrgica que no pudo superar.

http://pilarlara.eu/es/