Nació en Lima (Perú) en 1970. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad , un período de aprendizaje que le permitió acercarse a la realidad social, que era muy distinta a la suya. Comenzó su carrera pintando algunos autorretratos marcados por cierto carácter lúdico.

Claudia empezó a desarrollarse artísticamente durante los años noventa. Esta época está muy marcada por el conflicto interno en Perú, el cual ha sido históricamente definido desde 1980 hasta el 2000, que corresponde al gobierno de Fujimori, un tiempo en el que imperó la autocensura en el arte.

Pese a ello, Coca desarrolló una serie de trabajos basados en la observación crítica en relación a su contexto cultural inmediato y a partir del 2000 su obra se comprometió de manera expresa con la realidad cultural y política de Perú, concrétamente con trabajos sobre la discriminación racial.

En la serie “¡Qué tal Raza!” del 2002, Claudia mostró su comprensión y conocimiento de la escena artística local, al hacer referencia en su obra, no sólo a trabajos de artistas contemporáneos, sino también, al de diferentes personalidades de la cultura popular nacional. En “La Otra” se apropió de parte de la exposición homónima de la artista visual Natalia Iguiñiz. que fotografió a diversas mujeres de Lima al lado de sus trabajadoras del hogar. Coca toma una de estas fotografías como base para uno de los óleos de su serie en donde se retrata como dueña de la casa y trabajadora simultáneamente. Por otro lado, en “Raza Bella”, se autorretrata como tres artistas de Tecnocumbia, un grupo musical femenino de los ochenta muy popular en Perú.Claudia Coca, una Wonder Woman del arte contra el machismo y el racismo.

Wonder Woman

del arte contra el machismo y el racismo.

En una muestra dual que realizó con Susana Torres, ambas artistas se apropiaron de imágenes de la historia peruana y universal, para reformularlas desde su propia imagen y apariencia, revirtiéndolas con la belleza canónica occidental y local. Coca lo hizo con las representadas por Pedro Pablo Rubens, Gustav Klimt y Roy Lichtenstein; mientras que Torres lo hizo con esculturas cerámicas de la cultura prehispánica Mochica, obras de Guamán Poma y E. P. S. Huayco. Este intercambio quiso construir una democracia estética, con una pluralidad crítica de la belleza ante «la interiorización de lo blanco como paradigma de belleza o prosperidad.

En otros proyectos Claudia se siguió apropiando de imágenes, desde las actrices de diferentes países, hasta la de la santa popular local Sarita Colonia, pasando por las geishas que aparecen en las series animadas japonesas. Coca explica que la razón principal para abordar el autorretrato desde el pop, se debe a que este es el lenguaje contemporáneo más fácil de comprender.

De castas y mala raza (2009)

Con la obra “De castas y mala raza” del 2009, ha querido hacer una referencia a las pinturas de castas, populares hacia el siglo XVIII, tanto en el Virreinato del Perú como el de Nueva España. Estas pinturas, encargadas por los virreyes para ser enviadas a los reyes de España, intentaban explicar un sistema de clasificación de los miembros del virreinato basado en el mestizaje, en donde a cada mezcla específica se le otorgaba un nombre. Las pinturas se presentaban en conjunto de casta mostrando el núcleo familiar, donde la combinación racial entre madre y padre, determinaba la del hijo o hija. Coca utiliza el autorretrato, junto a su familia, para presentar a su pareja como Cuarterón, a ella misma como Tresalba y a su hijo como Salta Atrás. Con esta obra utiliza la ironía ante la utopía del blanqueamiento como ideal.

Desde 1993, ha ejercido como docente en diversas instituciones artísticas, entre ellas la Escuela de Formación Artística Corriente Alterna, el Centro de la Imagen de Lima, Mod’art Internacional Perú y el Instituto de Diseño Toulouse Lautrec.

https://es.wikipedia.org/wiki/Claudia_Coca