Esperanza d’Ors, nació en Madrid en 1949, es nieta del escritor, filósofo y crítico de arte Eugenio d’Ors. Se licenció en Literatura Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y realizó trabajos para renombradas publicaciones como Rialp, y las revistas Marie Claire y La Actualidad Española (donde ha escrito críticas de arte). Inicialmente se dedicó a la docencia, trabajando como profesora de Movimientos Artísticos Contemporáneos en la Facultad de Ciencias de la Información de Navarra, entre 1973 y 1977.

Fotografía de Carmen  Ballvé

@Carmen Ballvé

A partir de 1981, tras asistir a un taller de escultura impartido por su hermano Alfonso d’Ors, comenzó a dedicarse íntegramente a la actividad artística, comenzando su trayectoria con pequeñas esculturas en barro refractario a alta temperatura .

Se puede definir su obra dentro de un clasicismo estético y temático. Aunque su entrada a la elección del mundo de la mitología fue con las Afroditas con su exposición en Barcelona en la Galería Yerba, la elección del género no es su prioridad, también ha trabajado con otros mitos masculinos, como Icaro, Prometeo, Narciso o Sísifo.

He utilizado indistintamente figura masculina o femenina, sin importarme el relato, ya que para mí siempre son arquetipos de comportamiento, que me permiten reflexionar sobre la condición humana.

A finales de los ochenta comenzó con un nuevo formato, pasando de las obras de pequeñas dimensiones a figuras de un gran tamaño, aunque este cambio no supuso un abandono de su anterior temática. Respecto a los materiales empleados para estas nuevas esculturas, utilizó una mezcla de poliéster y de polvo de mármol, ademas de bronce y el aluminio, con los que ya trabajaba habitualmente . Son ejemplos de esta etapa los homenajes a Kolbe o a Marino Marini.

En 1991 se inspiró en el mito de Ícaro para la realización una serie de esculturas, introduce  el  aluminio fundido, acero inoxidable y tela metálica, añadiendo en ellos el color, mostrando un gran interés por la simplificación, pureza y depuración de los elementos barrocos, con lo que alcanzó la iconografía propia que caracteriza su obra.

Touch te Sky (2010)

Esperanza ha trabajado sobre los mitos fundacionales de nuestra cultura a partir de figuras como Prometeo, Narciso o Sísifo y el mismo Ícaro.

En «Contenedores humanos» los cuerpos entreverados dolorosamente se acoplan. Pero en secreta armonía parecen seguir los acordes que les permitirán avanzar hacia su destino. En eso consiste la belleza y la verdad del arte, en descubrir entre el mal y el dolor las grietas donde penetra la luz, no en las nociones del bien que equiparan la felicidad al bienestar burgués.

En su trayectoria como escultora Esperanza d’Ors se ha volcado siempre en el cuerpo humano, su principal fuente de interés. Le ha rendido culto a la humana existencia esculpiendo criaturas a la intemperie, desprotegidas, postradas, entregadas o convertidas en etéreas materias en ascenso. Ha sabido juntar los cuerpos, cual abigarrada humanidad, entrelazada, hasta formar un todo compacto dentro de un contenedor. Estos cuerpos nos recuerdan el oscuro tráfico de seres humanos que viajan clandestinos.

Creo que es el gran tema de nuestro tiempo, que además ha adquirido unas connotaciones realmente dramáticas. Es verdad que el hombre siempre ha perdido la vida por buscarse una salida, pero ahora tropieza contra los muros de la intransigencia, que son muros contra los que no puede luchar.

 Mimética desilusion. El signo de los tiempos (2013)

También en sus grabados, aguafuertes, aguatinta observamos ese estallido de vida, la voluntad de ser que como especie atesoramos pese a los desgarros de la existencia.

Juan Manuel Bonet, que ha sabido apreciar el trabajo de Esperanza d’Ors, la sitúa en una minoría de escultores que hoy en España “logran un clasicismo vivo, un clasicismo que no es un neoclasicismo”. Francisco Calvo Serraller, por su parte, en los comienzos de su carrera comentó: “

[…] parece el resultado de una comprensión de los grandes maestros de nuestro siglo y la consecuencia de una dilatada e intensa experiencia plástica, pero nunca producto de unos primeros tanteos, del comienzo de una trayectoria artística”.

En 1992 fue premiada con la Medalla de Oro en Escultura en la Bienal de Alejandría (Egipto); por este motivo, realizó una obra “Los laberintos de Ícaro», como homenaje a esa ciudad, basado en una relectura de los relieves y del mítico Faro de Alejandría.

Sus esculturas son fácilmente identificables, y forman parte del patrimonio público de ciudades españolas como León, Oviedo o Madrid.

Contenedor humano (2014)

Exposición «Todos somos trashumantes»

https://es.wikipedia.org/wiki/Esperanza_d%27Ors

http://www.esperanzadors.com/index.html

http://consuelotrivinoanzola.blogspot.com/2018/02/esperanza-dors-belleza-y-verdad-del.html