Bárbara Allende Gil de Biedma, nació en Madrid en 1957, pasó su infancia entre Madrid y San Rafael (Segovia), donde según ella misma cuenta, el bosque se clavó en su alma para siempre. Pasó la mayor parte del tiempo dibujando, pintando y “devorando” libros de arte. En el Museo del Prado se emocionó con los colores  y pinceladas de los ropajes de las obras de El Greco. La misma emoción que le evocaban los colores de la naturaleza.

A muy temprana edad vendió por primera vez sus dibujos en el rastro de Estepona (Málaga) recibiendo el buen augurio del comprador que bajó de un barco con  pipa y gorra de marinero “y que sepas que te los compro porque sé que vas a ser muy famosa”, le dijo a la joven Bárbara.

En 1976, aconsejada por un compañero de la escuela de pintura, se integró en Photocentro, una escuela de fotografía donde realizó sus primeras instantáneas que se incluyeron en el libro de Diorama Ediciones “Principio, 9 jóvenes fotógrafos españoles”. Desde ese momento la fotografía, que no buscaba, se entrelazó en su vida artística sin dejarla escapar pese a sus muchos intentos. Su necesidad de pintar la empujó hacia la fusión de pintura y fotografía, desarrollando así su personalísimo lenguaje, una mezcla entre la escenografía, la fotografía y la pintura. En contacto con otros artistas, decidió abandonar la idea de estudiar la carrera de Bellas Artes y avanzó en su investigación artística de manera autodidacta. Ese mismo año también publicó sus primeras fotografías en blanco y negro que se recogieron en el libro “Principio”.

Dos años más tarde expuso en los “9emes Rencontres Internationales de la Photographie” en Arles, Francia y en 1979 realizó su celebrada serie artística titulada “Peluquería”, fiel reflejo del humor surrealista de la contracultura que define la época. Perfección su técnica coloreando con acuarelas sus fotografías en blanco y negro, aunando definitivamente su vocación por la pintura y la fotografía que tanto le interesaban y creando así su seña de identidad.

De la serie «Peluquerías» (1979)

Esta serie pudo verse ese mismo año en la Galería Espectrum-Cannon, en Barcelona. Excepto en contadas ocasiones, en la obra de Ouka Leele no hay fotomontajes: todos los elementos se preparan antes de las tomas, para la autora es el momento más interesante porque ahí se empieza a crear un mundo irreal. En 1980 se trasladó a Nueva York, allí tomó conciencia de que su lugar de trabajo se encontraba ahondando en sus orígenes y desde allí viajó a México.

Con tan sólo 22 años superó una grave enfermedad, lo que no le impidió ser una de las protagonista la Movida Madrileña de comienzos de los ochenta, desde entonces fue compañera de fatigas de Javier Mariscal, Ceesepe, Alberto García Alix  o Pedro Almodóvar, concrétamente para el manchego realizó los diseños de los sombreros de la película “Laberinto de Pasiones”.

Empezó a firmar sus obras con nombre extraído de un mapa de estrellas inventado por el recientemente fallecido El Hortelano, en el que aparecía la constelación Ouka Leele. A Bárbara le gustó ese nombre y ante la insistencia de Albert Guspi, creador del Centro Internacional de Fotografía de Barcelona, decidió que desde ese momento firmaría sus obras así, aunque variando ligeramente el que fue su nombre definitivo.

El Principito (2007)

Según la propia artista cuenta «El nombre original era OUKA LEELE. Yo le quité una E para hacerlo simétrico. 20 años después Eric Rolf uno de mis grandes y mejores maestros me dijo que buscara una letra que sumara 6 en numerología pues 6 es amor. Y encontré que con otra E sumaba 6. El primer nombre con una sola E sumaba 1 y él me dijo que ya no necesitaba el 1 que es número de líder, de principiante…»

En 2007 diseñó la escenografía y el vestuario para la ópera “Curlew River” de Britten y realizó las obras “ La menina ingrávida” y “ Mi cuerpo es mi territorio”, que expuso en el Museo del Prado formando parte de la colección “ 12 artistas en el Museo del Prado” comisariada por Francisco Calvo Serraller. Pero la producción de la madrileña es pluridisciplinar, buena prueba de ello es el mural que pintó en Ceutí  (Murcia) de casi 300 metros cuadrados titulado «Mi jardín metafísico” que es el eje central de la película de Rafael Gordon “La mirada de Ouka Leele” que fue nominada al Goya al mejor documental en el año 2009.

Sus imágenes pueden calificarse de “poesía visual”, lo que no ha impedido ilustrar diferentes libros y realizar una intensa producción poética, ha editado varios libros en los que combina sus imágenes con sus propias poesías. Comprometida con la causa de las mujeres, en el 2014 expuso en el Círculo de Bellas de Madrid el proyecto “Un banquete cruel. PourQuoi?” basado en la denuncia social de la periodista premiada con el Príncipe de Asturias Caddy Adzuba, con el que trató de visibilizar la violencia que sufren las mujeres en África Central mediante diferentes disciplinas artísticas: instalación, vídeo y fotografía.

Su trabajo ha sido visto en los más importantes espacios expositivos de ciudades como París, Londres, Tokio, Sao Paulo o Nueva York, destacando entre ellas su participación en la Bienal de Arte Contemporáneo de Sao Paulo (Brasil) y más tarde, en 1987, su primera exposición retrospectiva en el Museo Español de Arte Contemporáneo en Madrid. En el 2005 fue galardonada con el premio Nacional de Fotografía.

Instalación «Un banquete cruel. Pourquoi?»

Círculo de Bellas Artes, Madrid (2014)

Entre sus muchos premios Ouka Leele fue premio a la mejor artista 2017 de la asociación de mujeres artistas Blanco, Negro y Magenta.

Bárbara Allende falleció en Madrid en el 2022 a los 64 años, víctima de un cáncer de mama.